Associació per l'estudi i la difusió de la psicoanàlisi d'orientació lacaniana, fundada per Cecilia Hoffman. Quadern de bitàcola




martes, 4 de febrero de 2020

Psicoanálisis y feminismo. Reseña



Hace algún tiempo escuché contar en la Escuela que un grupo de personas le propuso a Rosa Calvet ocupar el lugar de +1 en un cártel sobre “psicoanálisis y feminismo”, y que ella les respondió con mucho humor: “psicoanálisis y feminismo no copulan. ¿Psicoanálisis y feminismo no copulan? ¿Por qué no copulan? ¿Hay allí un malentendido o una incompatibilidad intrínseca? ¿Son las feministas las que rechazan el psicoanálisis? ¿Y no será al revés, los psicoanalistas los que rechazan el feminismo? ¿No estará justificada la hostilidad mutua?

Descubrí con una ristra de lecturas (Beauvoir, Friedan, Greer, Lonzi, etc.) que hubo y hay, en efecto, una hostilidad notoria por parte de la mayor parte de las teóricas del feminismo y del movimiento queer contra el psicoanálisis. Muchas lo consideran como un baluarte teórico del patriarcado o bien una teoría arcaica y caduca. Preciado decía en el reciente congreso de París, Mujeres en psicoanálisis: “Continuar practicando el psicoanálisis, utilizando la noción de diferencia sexual y con instrumentos críticos como el complejo de Edipo, sería hoy tan aberrante como pretender continuar navegando en el universo con un mapa geocéntrico ptolemaico o […] afirmar que la tierra es plana.” Algunos “iones libres” (Juliet Mitchell, Julia Kristeva, etc.) han intentado armonizar los dos discursos, con un éxito relativo.

Ocupar el lugar del Otro no es fácil. Es un lugar que no se puede ocupar más que parcial o intermitentemente. Por otro lado, Lacan reconoce en el Seminario 2 que  “para [la mujer] hay algo insuperable… inaceptable en el hecho de ser colocada en posición de objeto en un orden simbólico[1]. Ser colocada en posición de objeto en el terreno sexual puede ser francamente interesante durante un rato –¿qué duda cabe!–. Pero ser colocada en posición de objeto en el terreno social en general, ser intercambiada por unos cuantos camellos, por ejemplo, ya tiene menos gracia…....................................

Para leer el texto completo:
https://drive.google.com/open?id=1HaGcFk5sgYj5ZtkQCU9fCjQ4w1JsYGIk


[1] Jacques LACAN, Seminario, 2. Buenos Aires, Paidós, 1983, p. 392. Cursivas mías.

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