Associació per l'estudi i la difusió de la psicoanàlisi d'orientació lacaniana, fundada per Cecilia Hoffman. Quadern de bitàcola




miércoles, 25 de enero de 2017

PRIMERA SESIÓN DE LECTURA DE LA OBRA DE CECILIA HOFFMAN, CONSTRUYENDO MUNDOS



LECTURA DE LA "INTRODUCCIÓN GENERAL" Y EL ANEXO 1
EXPOSICIÓN DE ROSA ANTOLÍN 

El prólogo de Enric Berenguer

Enric Berenguer, en el prólogo, destaca la idea de que un acompañamiento clínico orientado desde el psicoanálisis lacaniano a un niño (autista) es siempre un encuentro inédito, precedido por una pregunta “¿qué podemos hacer, por él y con él, que le permita construir su mundo de la mejor manera dentro de la gama de posibilidades, o sea, de incertidumbres, propias de los primeros años de vida?... ¿Podrá ocurrir esto de tal modo que él pueda quererlo y vivirlo, más allá de cierto vértigo inevitable, como algo bueno?”. Inédito porque lo "más decisivo no lo sabemos de antemano", como él dice, aunque orientado por un saber. Esta pregunta ya en sí supone una posición ética clara de respeto por el sujeto. Es como un momento donde poner a prueba el no saber, para que algo nuevo se pueda producir, un acto. E. Berenguer habla  de la importancia de las contingencias y del estar atentos a ellas. Es en este sentido que destaca la particularidad de Cecilia como psicoanalista: "Y creo que puedo destacar en Cecilia un rasgo que siempre me llamó la atención. Me refiero al máximo cuidado por el detalle. Un cuidado paciente basado en saber que lo más decisivo siempre pasa por cosas que desde el punto de vista corriente pueden pasar por nimiedades" (p. 14). "Supo leer lo que estaba en juego en el instante fugaz en que debía hacerlo, en esa pequeña ventana de oportunidad que, una vez cerrada, desaparece para siempre" (p. 15).  

Presenta el libro como un tejido de la teoría y la práctica. Donde a través de un caso del encuentro de un niño autista y la psicoanalista con un saber teórico, esta se orienta, para responder y preguntarse sobre la práctica. La práctica orienta también a la teoría. Para acabar señalando el libro como "una excelente introducción a lo que es el tratamiento psicoanalítico de orientación lacaniana del autismo".

Me parece significativo recoger también las palabras de E. Berenguer destacando una característica de Cecilia, la de aproximar el psicoanálisis a muchas personas, por deseo y por posibilidad, al contar con la  capacidad de transmitir de forma cercana y asequible lo complejo.  "Hay que decir, en este sentido, que lo que ha animado a Cecilia a escribirlo ha sido un deseo de transmisión del psicoanálisis del que ella ha dado muchas pruebas, siempre de acuerdo con un estilo propio. Su forma de hablar, siempre asequible y cercana, ha hecho que no pocas personas se interesen y se hayan decidido a iniciar su propia experiencia analítica” (p. 15).


INTRODUCCIÓN GENERAL

No poder hablar es humano

El primer punto importante a destacar que nos transmite Cecilia es la necesidad de aumentar el espectro (del latín spectrum, que significa "simulacro", "apariencia") del "trastorno autista", porque lo que está en juego es cómo tratamos y entendemos lo humano, dirá. Las apariencias autistas son humanas, sería otra forma de decirlo.

Diferenciará lo que se entiende por subjetividad, lo más humano; desde las Terapias Cognitivo Conductuales y desde el psicoanálisis.

La capacidad cognitiva, el pensamiento, no es lo esencial en la constitución de la subjetividad, sino una elección que hace el sujeto de la que no sabe nada conscientemente, que no puede nombrar -así entiendo su afirmación "no poder hablar es humano". Por tanto "la relación del ser humano con el lenguaje no es meramente natural, instrumental, como se piensa  desde una perspectiva adaptativa..." (p. 24). Hay otras cosas en juego. Para dar cuenta de ello, referencia a Freud -texto: Psicopatología de la vida cotidiana, "Olvido de los nombres propios", donde Freud ilustra con casos cómo en los olvidos de nombres propios, esos nombres estaban asociados a una carga emocional, debido a aquello vivido por ese sujeto, asociaciones que permanecen inconscientes para el sujeto, pero que en la práctica  psicoanalítica se ponen en descubierto, en el trabajo a ras del síntoma. El psicoanálisis pone de relieve lo que falta, lo que no está, lo que no se dice, lo que no se encuentra, lo que se calla.  ¿Por qué nos falta una palabra? ¿Por qué la olvidamos? Las palabras están cargadas de una experiencia de satisfacción e insatisfacción, al hablar se pierde algo, creo que Freud dijo: "uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla".  Esto es algo a lo que el autista está sensible, atento. Es por esta misma razón que hay un tratamiento por la palabra.  

Destaca, pues, dos ideas fundamentales. La relación con el lenguaje es humana, es subjetiva; hay una apropiación, una subjetivación del lenguaje.  Y  la segunda es que en lo esencial es desconocida para el propio sujeto. Esto está asociado al hecho de que  las palabras llevan una carga.

Rechazar pensar

¿Cuál es la carga de esas palabras? La palabra rechazada tiene que ver en última instancia con la sexualidad y la muerte, lo insoportable de pensar. La castración y la no relación sexual. La falta en ser. El sujeto humano rechaza lo insoportable para él y al hablar eso se puede condensar en una palabra. Por eso las palabras nos constituyen de algún modo, nos marcan. "El hombre se hizo verbo". Cecilia dice: "las palabras rechazadas, activamente rechazadas, porque tienen que ver, siempre en último término, con la sexualidad o con la muerte" (p. 25).  "Activamente rechazadas", implica una elección del sujeto, hay un rechazo donde podría haber otra cosa. El respeto a esa elección es fundamental para el psicoanálisis. A eso remite E. Berenguer cuando se pregunta en el prólogo:  ¿podrá ocurrir esto de tal modo que él pueda quererlo y vivirlo, más allá de cierto vértigo inevitable, como algo bueno?, la elección está en juego. "...en último término...", remite a la compleja cadena de asociaciones  de los significantes, solo desvelada en un largo trabajo en el dispositivo psicoanalítico.

Creo que esto es muy importante ya que es complejo, largo y requiere de un límite al control del otro. Creo que son elementos en contra en el momento actual para la práctica psicoanalítica frente a la TCC que se sitúa en el margen contrario.

Destacar otro idea:  lo rechazado vuelve, el sujeto no se puede desprender de eso y una forma de retorno es ese olvido que se convierte en un modo intenso de recuerdo. Dice Cecilia (p. 25), porque vuelve como respuesta a la falta en ser del sujeto. La castración, la muerte, la aniquilación y la no relación sexual son insoportables y al mismo tiempo requieren de un trabajo profundo y persistente por parte del sujeto. En eso rechazado hay una elección muy profunda del sujeto  donde está implicada la modalidad de satisfacción del sujeto. Y será fundamental el trabajo de defensa a eso, por parte del sujeto. Perder eso, localizarlo, es insoportable, se elabora una defensa para hacer con eso. 

La constitución subjetiva es un proceso en el que elementos, en principio separados, el cuerpo y el lenguaje, van uniéndose  y separándose (enganche y desenganche, Miller). El cuerpo y el lenguaje en la relación con el Otro constituye un proceso delicado, dice Cecilia, en el cual van "constituyéndose como tales, el cuerpo y el lenguaje en la subjetividad del ser hablante, generando nuevas realidades". La apropiación del cuerpo, la subjetivación del cuerpo con el lenguaje es un proceso constitutivo donde está en juego una elección subjetiva.  

Destacar lo que dice Cecilia: “Es un  proceso en el que muchos de esos momentos, si uno está lo bastante cerca y atento, se pueden situar con mucha precisión” (p. 25).  Estar atenta a lo que dice el sujeto, cerca de su ser desatento a uno, lo relacionaba con lo que dice E. Berenguer en el prólogo, cuando habla de que cada encuentro entre un psicoanalista y un sujeto es inédito, hay que tener presente lo que sabemos, pero lo decisivo no lo sabemos de antemano. Esa posición es fundamental.  

Sentir decir

Lo esencial es que en ese proceso de constitución subjetiva en la apropiación del lenguaje, hay una "fuerza que nos mueve" y es el goce. En lo que se engancha o desengancha está en juego una elección de goce.

Cecilia cita un texto de Freud, "Las neuropsicosis de defensa", para dar cuenta de la existencia de diferentes saberes, inconsciente/consciente: "… Parece indiscutible que el complejo sintomático de la histeria justifica las hipótesis de una disociación de la conciencia con formaciones de grupos psíquicos separados" (p. 169). Eso inconsciente, lo rechazado, era una experiencia en el cuerpo que estaba asociado a palabras que le "faltaban" al sujeto en el análisis, explica Freud. Cecilia dice: "Es lo mismo que decir las palabras que faltaban podrían hallarse siguiendo de un modo especial los síntomas por los que había consultado el sujeto" (p. 26). 
  
Me parece fundamental la cita. "Este 'sentir' una palabra en el cuerpo es muy importante. Es una sensación, y la concebimos como satisfacción, teniendo en cuenta que el ser hablante puede vivir como placentera y displacentera una misma situación en el mismo momento” (p. 26). Hay esta un vínculo esencial para el sujeto entre cuerpo y lenguaje por el lado del goce, como lo denomino Lacan. Por tanto lo que se siente, esa experiencia, es fundamental en la elección de apropiación del lenguaje y la constitución de la subjetividad. Es decir, lo que el sujeto "siente", experiencia de goce, marca su elección y esto tiene un efecto constitutivo en su estructura psíquica, una organización que implicará cómo se pueden unir las palabras, los objetos, las personas… del mundo para cada uno. Cecilia:  Elegir una respuesta ante esta experiencia en juego es elegir la subjetivación del mundo. 

Elegir nuestro modo ser

En la subjetividad hay elección. ¿Cómo subjetivamos? ¿El qué? De qué nos apropiamos y el modo en que lo hacemos es una elección con unas condiciones, pero una elección; y eso es lo esencialmente humano. Lo orgánico no es subjetivo y la subjetividad no es orgánica. Esto es fundamental pues no podemos controlar la subjetividad, se nos escapa; es del otro y está fuera de control. Esto es una gran limitación y una gran oportunidad. Podemos pensar que el trabajo con niños autistas desde el psicoanálisis tiene aquí su talón de Aquiles. Así entiendo la importancia de la atención precoz en los centros de CDIAP. En la subjetividad hay una elección. Transmite cómo Freud introdujo y conservó el termino de elección y cómo es la última enseñanza de Lacan, donde se ha elaborado el concepto en relación a otros y permite poder “desbrozar” el tipo de elección que hay en juego en este momento tan precoz.  Cecilia nos propone esta pregunta: ¿De qué elección se trata? Elegir apropiarse de un cuerpo posible, en la interacción del mundo exterior y interior. Apropiación del cuerpo por parte del sujeto, habiendo sentido algo en el cuerpo, el sujeto es capaz de aceptarlo y vivirlo como propio. En esos bordes se producen las condiciones de enganches y desenganches. Están implicados allí el Otro, el cuerpo, la palabra, dándose una respuesta constitutiva, un acto. Cecilia dice: no es una deliberación, es un acto.

Hacer. Fragmento clínico

Describe el acto mismo de la apropiación, de la subjetivación, como una elección de la actividad psíquica humana, que "consiste básicamente en aceptar como propios y rechazar como ajenos diferentes aspectos de su experiencia” (p. 29), construyendo así su mundo, tal y como el título del libro indica.

Presenta la organización estructural como un acto que es  una elección del sujeto en un momento determinado, elección en juego combinada con unas condiciones con multitud de elementos. Elegir ante una experiencia muy compleja en la relación entre el mundo interior y exterior, en esos bordes que lo conectan y lo desconectan y en los que el sujeto se puede sentir amenazado, zonas de riesgo. Amenaza de algo que viene de fuera. Ante esa experiencia toma partido, una respuesta, un acto. Como dice Cecilia, no es un momento de deliberación. Palabra y cuerpo están implicados y en el encuentro con la relación con el Otro; se constituye la subjetivación de la experiencia, una apropiación.

Es fundamental destacar lo sutil del acto en el sentido de que se da lo que podría no darse, no se puede saber de antemano, no se puede prever, "el tiempo verbal , para el sujeto del que hablamos en psicoanálisis, es siempre el pasado" (p. 31). El sujeto siempre está en el pasado, cuando se hace verbo,  nombre, ya puede tener un cuerpo. 

Este mecanismo permite un tratamiento por la palabra, ya que el sujeto es efecto de la palabra al hablar. Así entiendo el autismo: es un rechazo a la subjetivación. Subjetivar implica una pérdida. La palabra supone una pérdida. Hablar implica perder. Nombrar es cernir y, a la vez, es una elección que implica una satisfacción nueva. El caso ilustra magníficamente este proceso constitutivo. Del ruido a la palabra, al significante que nombra al sujeto y al mundo. Realmente es conmovedor.  "He sido yo". YO, CUERPO, OBJETO, VOZ. LA PALABRA. Una satisfacción nueva.

Destacar también un punto crucial, las características de ese encuentro. Si hay un rechazo a lo que viene del Otro, y esto tiene como efecto una dificultad para subjetivar, el acompañamiento “delicado” es fundamental. Cecilia dice: "Ni apuntábamos a que eso ocurriera ni lo esperábamos" (p. 33). Qué acompañamiento es ese que no espera nada, no hay una demanda sobre el sujeto (plus de goce)?  Un respeto enorme  al sujeto de la elección. A partir de ahí el sujeto puede reconocerse allí. Este es el proceso de subjetivación, apropiarse del cuerpo, de esa voz que emerge de su ser. "He sido yo": es un momento de de riesgo y de oportunidad. Reconociéndose en eso nuevo. Orientados por un saber y por un no saber (E. Berenguer).    

Cecilia cita  el texto "La negación" de Freud, donde se desarrollan todas estas cuestiones. Da cuenta de cómo se manifiesta en el lenguaje la constitución subjetiva y el anudamiento del registro imaginario y simbólico como una pacificación del goce, del real. Este texto se analiza en el Anexo I, Lectura del texto "La Negación" y el análisis de la lectura que hace Lacan, como una denegación (Seminario I).

Estándar o imprevisto

Reconocer al sujeto como una elección subjetiva  y no saberla de antemano. Limite al control del otro.

Las características de las TCC aplicadas al diagnostico del TEA, se basan en una "pseudociencia" (p. 32), que tiene la pretensión de reducir las entrevistas a meros protocolos en los que la subjetividad del sujeto y el análisis clínico no tengan cabida. Despojar a la clínica de teoría y subjetividad. Fantasía del control, la efectividad, donde no se pone en juego el profesional, ni con lo que sabe, ni con lo que no sabe. Si al profesional no se le supone responsable, no se hace cargo de lo que no sabe. Al sujeto se le deja solo, abandonado sin otro. Angustia subjetiva. Es un objeto en manos del goce del otro.

Desde el psicoanálisis la posición (división subjetiva, responsabilidad profesional del saber epistemológico, ética) es distinta. No se controla todo, no se sabe todo. Es más, la oportunidad vendrá como una sorpresa que no se puede prever. Porque sabe de su división puede respetar al otro como sujeto. E. Berenguer destaca como herramienta de trabajo  lo que el analista no sabe. Eso es clave y tendrá efectos. Aun no sabiéndolo, se puede hacer cargo de que no lo sabe. Fragmento clínico "He sido YO" (pp. 30-33).  Es una respuesta a la negación de la falta en ser, la muerte, lo que permite el auge de las TCC.   
   
Fragmento clínico: El caso Roberto

Por último en el último apartado, Cecilia da cuenta de un caso presentado en un seminario de Lacan por Rosine Lefort, de cómo la palabra se anuda al cuerpo en un encuentro entre la analista y un sujeto. Otro que permite al sujeto ocupar un lugar, ser reconocido nuevamente, una experiencia nueva y allí se anuda algo. Reconocer la subjetividad.

"En efecto, el bucle entre lo singular y lo universal se da en cada cura de cualquier sujeto. Pero los sujetos autistas […] hacen presente en la cura, la encrucijada ante la cual cada uno de los seres que componen la humanidad se habrá encontrado: contarse o no entre los demás, incluirse o no en el lenguaje común, apropiarse a su modo de él, instrumentalizándolo, o estar a su merced" (p. 35).

Cecilia acaba la introducción haciendo una defensa de la dignidad del sujeto autista (sujeto de la elección) y por tanto de todo sujeto, dignidad amenazada en la práctica clínica. 

     Es en el Anexo I donde se desarrolla el análisis de las características de la constitución subjetiva en el autismo. Partes fundamentales: La actividad de los primeros días, meses, años de vida como un proceso en el que el sujeto va delimitando su interior y el exterior, delimitando así, diferenciando, los objetos y al propio sujeto. Instaurándose el sujeto del inconsciente. En este proceso el sujeto se orienta por la satisfacción que experimenta. En esa experiencia el sujeto no todo lo "acepta", rechazando algo que puede localizar y que no soporta. Se produce así una "fijación de una carga pulsional o libidinal a una idea o a una palabra, escena o imagen" (p. 146). Ahí está el anudamiento.

·         Así se reprime cuando el mecanismo de la represión se ha instalado, es decir se ha producido la “represión originaria”. Esa experiencia-acto tiene efectos constituyentes, fundantes del inconsciente, núcleo. Sujeto del inconsciente. Esto se da en la primerísima infancia, y es imposible de situar en el tiempo cronológico. Esta fijación y la posterior represión no se dan en el autismo y ni en la psicosis. Pues hay un rechazo más radical. Un rechazo del mundo, del otro radical. Nada se pude enlazar. Aquello reprimido en el inconsciente, retorna en las manifestaciones de las formaciones del inconsciente, síntomas, olvidos, sueños… 

·         Eso que se fija a través de una experiencia, requiere por parte del sujeto su consentimiento, un si,  dice Cecilia donde puede haber un no. Aunque para ello son importantes muchas condiciones. En el decir, como una elección, si me satisface o no, es importante la cualidad de eso, para ello son importantes unas condiciones.

·         Cecilia nombra esa experiencia como un vaivén entre el dentro y fuera del cuerpo,  en la relación con el Otro significativo  de los cuidados y de la libidinización del cuerpo del sujeto. Ese Otro no puede estar de cualquier manera, libidinizar al sujeto es posibilitar ser para él.  Ser el objeto de la madre en un primer momento?

·         El efecto de limitación en el cuerpo permite una diferenciación entre el sujeto y el otro, y por extensión del mundo. “Las cosas, poniéndose fuera, se ponen dentro, en el lugar de lo reprimido, en el inconsciente” (p. 149). Eso sentido en  mi cuerpo y el suyo,  es lo que quiero, pareciera decir/sentir el sujeto, pero, si funciona la Ley, se da la represión, eso no puede ser, eso es insoportable, es imposible de aceptar, se reprime y se deja dentro y oculto, casi ajeno (éxtimo, el real), como material para el inconsciente (núcleo). Esta continuidad entre el interior y el exterior se separa, se delimita definitivamente.  

·         Lacan con la invención de los tres registros sitúa una posibilidad para conceptualizar la constitución subjetiva y sus mecanismos. Explicando o buscando entender las relaciones del sujeto, con la realidad, con el lenguaje, con los otros (el mundo) y con su propia intimidad el cuerpo, la lengua. Situó el simbólico registro , donde se registra el lenguaje, la ley. Damian. Lo imaginario, donde también se representa aspectos del lenguaje, las imágenes representadas, y fundamentalmente la imagen corporal. Estos registros se van fundando constituyéndose y se van anudando, ordenando diferentes planos de la realidad. Lo imaginario y lo simbólico se diferencian de lo real en que este no se puede  representar ni decir, ni nombrar, esta mas allá de las palabras. Lo real, no la realidad. Un modo de satisfacción intimo. Goce. Extimidad, Lacan. Intimo y desconocido para el sujeto. 

·         Pero la constitución de la extimidad requiere de unas condiciones. Debe de poder darse un encuentro de satisfacciones. En la relación del bebe con el Otro primordial de los cuidados el sujeto experimenta algo de la satisfacción y dice a eso sí, fijándolo diferenciándolo. Una satisfacción en el cuerpo en relación al Otro. Así se fija y se separa a la vez. Algo se queda para sí y se separa del Otro. Así el sujeto "se apropia y pierde en dos tiempos" (p. 151), fundándose la falta en ser posibilitadora del deseo: "Hacer el lazo con el Otro y separarse, perdiéndose algo allí" (p. 151).

·                  Ese objeto se transformará para siempre, tendrá otro valor. Objeto pulsional. Experimentado en las zonas erógenas, en un cuerpo libidinizado. Ese objeto diferenciado y perdido, porque queda una huella del vínculo, pero la diferencia misma implica la separación del Otro. Algo del Otro se perderá para siempre, se separara del sujeto y se constituirá la realidad, el mundo y el. El campo del sujeto y el campo del Otro. División. El sujeto nace para el deseo, la búsqueda de la satisfacción en el mundo, en el campo del otro, en el encuentro que dejo una huella, satisfacción que buscaremos en el mundo, libidinizandolo. (aprendizaje tiene algo que ver con esos encuentros libidinales). El mudo se organiza, ya no es un caos. Un objeto diferenciado organiza el caos, el deseo su búsqueda y  su presencia o ausencia los tiempos para el sujeto. (tiempo como corte).

·                  "La realidad está formada por los registros de lo simbólico y lo imaginario sobre la base de la exclusión interna de lo real" (p. 153).  La realidad será ese mundo al que el sujeto se dirigirá para buscar lo que le falta, lo insoportable de una ausencia, AL RECORTAR UN OBJETO CUALQUIERA, pasando los objetos del mundo a poderse  el mundo a poderse libidinizar.

·                  Algo de la pérdida de objeto se “resuelve” a través de una identificación a un rasgo de un objeto/sujeto amado, en el cual se identifica el sujeto a través del yo. Pero a demás de esa introyección, el sujeto debe de poder encontrar un objeto “hallado” en la realidad, en el mundo real, pudiéndose apoderar de él en caso necesario. Citando al texto de Freud, sobre la realidad. Diferenciando así la percepción de la realidad.  Principio de realidad.

·                  Cecilia apunta a que estos aspectos son claves en la clínica. En el caso de la psicosis y la paranoia no se darán estos enlaces y la constitución subjetiva será distinta. En el autismo el mundo no suscita interés para el sujeto y en caso de la paranoia la percepción esta "alterada", alucinando voces.

·                  El sujeto se diferencia así del objeto. El sujeto es activo con una gran carga libidinal en el yo, procedente del Otro, como el otro nos mira, nos escucha nos cuida, nos ve, es lo llamado el narcisismo. Por tanto en un principio no hay diferencia entre los objetos y el sujeto.

·                  El sujeto es causa de un Deseo de Otro que deja una huella en el cuerpo del sujeto. Fijándose una satisfacción al tiempo que,  fijada en ese encuentro con el Otro perdida para siempre. Pero posible de encontrar en la búsqueda de un objeto en la realidad. Concepto de realidad principio de realidad y al mismo tiempo la capacidad para evocar ese objeto. Esa pérdida de goce permite  aparte de poderlo buscar, civilizarlo apaciguándose el sujeto.

·                  Se representa aquello ausente. La representación en imágenes o a través de significantes implica una ausencia. Se representa lo simbólico, lo imaginario, no lo real.  En lo real hay siempre presencia. Aquella presencia insoportable. Inquietante, angustiante. Lacan: La angustia es signo de la  presencia de lo real. 

·                  En la relación con los otros y el mundo el sujeto humano construye formas para tratar lo real. Civilizarlo, domesticarlo.

·                  El YO es la construcción más común de defensa de lo real. Es una construcción narcisista imaginaria que somete a lo real. Diferenciando los objetos, los otros el mundo y la imagen propia del sujeto, a sí mismo.

·                  La organización del yo conquista lo orgánico. La identificación permite la constitución del YO ideal.

·                   Esto requiera de una circulación del DM, que posibilite un reconocimiento valioso/ AMOR. Narcisista del sujeto. ¿Soy ese? SÍ, ESE ERES TÚ.

·                  Constitución del YO, estadio del espejo ( a partir de los 6 meses) esa relación con los iguales, el otro del espejo, los semejantes, humanizar el cuerpo y simbolizarlo.

·                  En el autismo no hay extimidad, lo hay localización del objeto ni simbolización, por tanto la relación con el mundo, con el otro, con los objetos es un caos, un vértigo amenazante. No hay una conquista del lenguaje y no hay un YO ideal como defensa a ese real que es insoportable.

·                  El sujeto es precario en su tratamiento de lo real, que aparece como una amenaza insoportable inquietante.

·                  Reconocer esa elección es clave para poder dar un lugar en el mundo a ese sujeto.

·                  E. Laurent apunta a los bordes autísticos de conexión como el mundo, como una oportunidad para anudar  lo simbólico y lo imaginario como apaciguador de lo real. Este momento, acto, incierto y sorprendente siempre. Cabe destacar que este anudamiento no tiene la característica del anudamiento "primordial" que funda la estructura. Podríamos decir que siempre el vínculo con el Otro primordial deja una huella en el sujeto humano caracterizado por su prematuridad. 

Rosa Antolín
Miembro del GTPG

lunes, 2 de enero de 2017

Convocatoria próxima reunión : 20 de enero 2017

Lectura y comentario del texto :

CECILIA HOFFMAN
Construyendo mundos.
Autismo, atención precoz y psicoanálisis. 
El caso Dídac
Madrid, Gredos, 2016

Primera parte
"Introducción general"
pp. 23-37 

EXPONE : ROSA ANTOLÍN

Centre Cívic de La Geltrú, Plaça de l'Associació d'Alumnes Obrers, 1, Vilanova i la Geltrú, 20.30h