Associació per l'estudi i la difusió de la psicoanàlisi d'orientació lacaniana, fundada per Cecilia Hoffman. Quadern de bitàcola




miércoles, 19 de octubre de 2016

PRÓXIMA REUNIÓN : 4 DE NOVIEMBRE DE 2016

GUNTHER VON HAGENS
Holding skin

Fenómenos corporales 
y usos del cuerpo 
en la psicosis ordinaria

Punto de partida :

Dos capítulos de 
JACQUES-ALAIN MILLER & otros:
La psicosis ordinaria
Buenos Aires: Paidós, 2003

a) "La neoconversión" 
(pp. 83-128)
b) "De la ópera al teatro de bolsillo" 
(pp. 241-274)

"El cuerpo como carne, substancia gozante, se encuentra afectado por el lenguaje y por eso está vaciado de libido. Si la libido no está localizada, se desplaza a la deriva. Allí se escapa a la división que separa, por un lado, los trastornos del lenguaje y, por otro, los trastornos del cuerpo. Esta tesis es la base misma de la clínica borromea."                                                                                                    
                                                                                    J.-A. MILLER 


El Grup de Treball psicoanalític del Garraf es reunirà el divendres 4 de novembre, a les 20.30h, en el Centre Cívic La Geltrú, Plaça de l'Associació d'Alumnes Obrers, 1, a Vilanova i la Geltrú. Les activitats del Grup son gratuïtes i estan obertes a qualsevol persona interessada. Per a més informació escriure a gruppsicoanaliticgarraf@gmail.com.




domingo, 16 de octubre de 2016

RETORNO SOBRE LA PSICOSIS ORDINARIA

PRIMER ABORDAJE DE LA PSICOSIS ORDINARIA
LECTURA DE "EFECTO DE RETORNO SOBRE LA PSICOSIS ORDINARIA"
DE JACQUES-ALAIN MILLER


El 16 de septiembre de 2016 el Grup de Treball Psicoanalític del Garraf se ha reunido para trabajar la conferencia de Jacques-Alain Miller, titulada "Efecto de retorno sobre la psicosis ordinaria", conferencia pronunciada en París, en 2008, en el marco de un seminario sobre la psicosis ordinaria. 

Ha expuesto el artículo RICARD ARRANZ:


En esta conferencia Miller trabaja la “categoría clínica lacaniana” de “psicosis ordinaria” aunque no sea un concepto de Lacan, para resolver un impasse que se había establecido en la atención clínica, que había quedado reducida a un dualismo entre neurosis y psicosis y en la que pasaban los años de tratamiento y los pacientes no encajaban en ninguna de las dos estructuras, ya que no había un desencadenamiento franco, pero tampoco respondían claramente al modo de funcionamiento de una neurosis.  A su vez intenta no caer en la solución de la IPA con el concepto de “borderline”, y busca mantener la validez de  la diferenciación de estructuras clínicas.

Comenta al paso que la estructura de “perversión... tiende a ser abandonada”, ya que un auténtico perverso no se analiza -los que se analizan son todo caso neuróticos con rasgos de perversión.

Lo que plantea es que el clínico debe demostrar la estructura. Le neurosis no es un fondo de pantalla de la psicosis. No se puede decir que como con el paso del tiempo de tratamiento, y pese a las modificaciones subjetivas que puedan producirse, el sujeto no se desencadena se trata de una neurosis, más bien  propone que posiblemente sea una psicosis ordinaria (es decir, no desencadenada). Pero hay que demostrar tanto lo uno como lo otro.

Propone algunos elementos para poder diferenciar.

1. El registro imaginario: no da de sí, ya que es común a ambas estructuras. El inicio de la constitución psíquica del sujeto pasa siempre por el transitivismo, donde hay una confusión entre el sujeto y el otro. El ejemplo es el niño que dice que el otro le ha pegado cuando es él el que le ha pegado -no es una mentira; es que no hay diferenciación.

2. En el orden simbólico (el lenguaje): sí hay diferencia, porque el orden simbólico, a través del Nombre del Padre (castración, complejo de Edipo, metáfora paterna), ordena el mundo para el sujeto e impone la constancia, estabiliza el orden imaginario. Esto es así porque el NP implica una sustracción de goce para el sujeto, que permite una cierta separación de lo imaginario, lo simbólico y lo real, y provoca que esta no esté siempre en riesgo de desestabilización, al no estar el sujeto “invadido permanentemente por el goce”. Si no opera el NP, el goce imaginario” está en demasiado y continua existiendo”.

3. Del NP al predicado: Lacan, en su última enseñanza apostó por que todo el orden simbólico era en sí delirante, también el NP. La cuestión es que funciona como NP para el sujeto y de este modo le permite “nombrarse”, hacerse un nombre propio diferenciado de los otros que le permita ser reconocido, el deseo del otro paterno nombrado sobre el sujeto tiene su importancia aquí. Predicado (en lógica) es lo que se afirma o niega de un sujeto en una proposición. El NP es un “delirio” bastante común que permite una interpretación regulada del goce, tanto del propio como del de los otros, ya que implica una elección, en la que el sujeto decide la asunción de una pérdida parcial (castración) ante una prohibición, es decir que el Deseo de la Madre de reincorporar su producto está limitado por el Padre. Lo cual imprime una repetición y una constancia donde siempre vuelve lo mismo. Pero en la psicosis ordinaria no hay esta asunción de la castración, y por eso lo que puede operar como NP, es lo que nombra como CMB: Un hacer creer compensatorio (Compensatory Make Beleive en inglés), pero siempre sobre un fondo de “desorden en la juntura más intima del sentimiento de la vida del sujeto”. Por ello el sujeto siempre siente su vida amenazada o sin sentido, efecto de la no llegada del deseo del otro nombrando al sujeto

Miller propone la búsqueda, por parte del clínico de “pequeños índices de forclusión”, que implican un modo de estar en el mundo desordenado, y que son una cuestión de intensidad, de grado radical no limitado, e indica donde se pueden encontrar estos índices:

1. En una exterioridad corporal. En el cuerpo, ya que el cuerpo se descompone y el sujeto tiene que inventar lazos artificiales par que se mantenga unido. Pone el ejemplo de los tatuajes o pearcings, pero no como un modo estético o de identificación social propios de la cultura, sino en su radicalidad, como un exceso, al no estar limitados como sí lo están en la neurosis, con todo el cuerpo tatuado o lleno peircings, que operen como un CMB, es decir como una suplencia del NP en lo imaginario.

2. En una exterioridad social. En las ideas, ya que el sujeto busca un CMB en una fuerte identificación a una función social, que vaya más allá de la obtención de una satisfacción. Explica que algunos dirigentes de organizaciones sociales pueden funcionar bien  de este modo y, por tanto, estar estable y perfectamente integrados -serían psicosis ordinarias del lado de la paranoia (¿paranoia sensitiva?). O en el otro extremo habría el sujeto que no se puede vincular con ninguna función social, y está permanentemente en “desenganche o desconexión” variando siempre de una organización social a otra -en este caso estaría del lado de la esquizofrenia.

3. En una exterioridad subjetiva. En la que el sujeto está al borde de la identificación con el objeto de desecho radical; su ser queda identificado al desecho. O por oposición, como una forma de defensa en un manierismo extremo, es decir, refinado, rebuscado, laberíntico para hacer de ello un CMB -no establece aquí una diferenciación entre paranoia y esquizofrenia pero tal vez se puede deducir.

La idea general es que en las psicosis ordinarias hay un popurrí de identificaciones inestables, tomadas generalmente de rasgos del padre. En la neurosis hay que encontrar la diferenciación entre el yo el ello, es decir, entre la cadena significante y la pulsión, que establezcan un superyó claro y una estabilidad y repetición de lo mismo permanente.

Resumiendo:

Hay que diferenciar si es una neurosis y demostrarlo, o si es una psicosis y demostrarlo. En caso de psicosis, hay que diferenciar, a su vez, si es paranoia o esquizofrenia.

La psicosis ordinaria es una estructura psicótica no desencadenada, que puede ser muy estable si se mantienen sus CMB, sustitutos del NP, pero que ante un encuentro simbólico con Un Padre (Schreber) se puede desestabilizar. También bajo transferencia puede ocurrir. Por ello entiendo que la dirección de la cura debe apuntar a reforzar o ampliar los CMB, normalizando el modo de vida del sujeto, y no convocarlo a un lugar de interpretación simbólica, para el que no tiene respuesta, al faltar el NP.

Ricard Arranz






Destacamos a grandes pinceladas algunas cuestiones básicas comentadas en la reunión del 16 de septiembre:

1. En la teoría psicoanalítica actual ha cambiado la envergadura de la psicosis.

Al lado de las psicosis desencadenadas, vemos que hay psicosis compensadas, suplementadas, no desencadenadas, durmientes, medicadas, sinthomatizadas, disimuladas, etc. El campo de las psicosis se revela como inmenso y se convierte para la teoría psicoanalítica, en una especie de wallpaper, el fondo sobre el cual destacan las diferentes estructuras clínicas. Psicosis y neurosis tienen una base primaria común: el estadio del espejo, un mundo imaginario movedizo. Los sujetos construyen a partir de allí aparatos compensatorios (CMB, compensatory make-believes).  Al fin y al cabo, el Nombre del Padre no es más que una especie de CMB, que algunos sujetos construyen.1 De allí que afirmemos que ha cambiado realmente la envergadura de la psicosis. Ha cambiado posiblemente tanto en la teoría como en la realidad. Tal vez se trate de una especie de movimiento tectónico generado por el ocaso del Nombre del Padre en la sociedad postmoderna.

2. La clínica de la psicosis ordinaria es una clínica de la sutileza.

Las psicosis extraordinarias son fáciles de diagnosticar: alucinación, delirio, fenómenos elementales. En cambio los signos de las psicosis ordinarias son discretos: rarezas, manejo particular del lenguaje, trastornos sutiles del pensamiento, bloqueos, desconexiones, brotes de angustia no reconocidos, dificultad de insertarse en lo social, todo tipo de desarreglos...

Ahora bien, es fundamental reconocer la psicosis ordinaria. Dirigirse a un psicótico ordinario como si fuera un neurótico puede llevarlo a un pasaje al acto. En cuanto a la dirección de la cura, no se trata de desenmarañar una causalidad en juego, sino facilitar una invención posible.2

3.  Hay que dejar de pensar en la estructura psicótica como una calamidad, algo negativo.

La estructura psicótica es un factor de invención, de creatividad.Sin esta perspectiva, que consideramos primordial, la clínica se degradaría en un dispositivo árido.


NOTAS
1. Literalmente: "Y lo que llamamos el predicado del Nombre del Padre es un elemento que es una suerte de make-believe del Nombre del Padre, un compensatory make beleive, un hacer compensatorio del Nombre del Padre, una CMB en la psicosis".
2. ANSERMET, François, "Desconocimiento de la psicosis ordinaria", Freudiana 76 (enero-abril 2016).
3. Ibid.






PRESENTACIÓ DEL LLIBRE BULLYING A LA BIBLIOTECA ARMAND CARDONA DE VILANOVA I LA GELTRÚ - OCTUBRE 2016