Associació per l'estudi i la difusió de la psicoanàlisi d'orientació lacaniana, fundada per Cecilia Hoffman. Quadern de bitàcola




domingo, 14 de noviembre de 2021

 

EL CUERPO Y LAS MUJERES: TRANSFORMACIONES Y CONTROVERSIA

Conferencia de A. C. González del 5 de noviembre de 2021


González comenzó por remarcar que la noción de cuerpo, si bien fue dejada de lado durante casi dos milenios en la tradición occidental, cobró especial relevancia en el siglo XX, y eso guarda estrecha relación con lo que de modo amplio podemos denominar el movimiento de las mujeres. Un movimiento que se presenta, más allá de la metáfora, con la intensidad y el vaivén de las olas, que se acercan y alejan en el esfuerzo por situar ese elemento esquivo a la palabra, que desde Freud reconocemos como el misterio de lo femenino. Es por el misterio, también, que ambos términos se articulan: el misterio del cuerpo hablante y el misterio de lo femenino.

En cuanto al cuerpo, se le debe dar estatuto de elemento anacrónico, que en tanto tal, sirve como clave de lectura; es decir que permite situar eso que el saber y el poder de cada época –para hacer referencia a Foucault– intentan capturar y fijar mediante prácticas más o menos coercitivas, siempre destinadas al fracaso. O, dicho de otro modo, siempre subvertidas por la singularidad del síntoma.

El núcleo de la exposición fueron cuatro cortes temporales en los que el cuerpo, y muy particularmente el cuerpo de las mujeres, está en el centro de las controversias, y esto quiere decir también que es causa de malestar y produce enfrentamientos que van de las disputas teóricas, a los modos más violentos de intentar controlar lo que por definición escapa a la regulación significante, el misterio del cuerpo y, en particular, los cuerpos de las mujeres.  Se trata, en definitiva, de eso que produce síntoma en cada época, pero también en cada uno de los sujetos que demandan tratamiento.

Los 4 momentos son los siguientes:

1-    la histeria de la Salpêtrière: el cuerpo de la modernidad

2-    la subversión freudiana: cuerpos contemporáneos

3-    las luchas feministas: los cuerpos de las reproductoras

4-    del género a lo trans:  a cada quien su cuerpo


  1. Charcot llega a la Salpêtrière y se encuentra con cuerpos de mujeres enfermas mentales a las que denomina histéricas. Su forma de abordar la patología es a través de la imagen, como si los cuerpos pudieran capturarse, como si fueran algo plástico. Existen incluso libros de fotografías de Charcot publicados con instantáneas de los momentos de ataque de las enfermas en sus posturas de enajenación, semejantes a la imaginería del barroco. Invención de la histeria basada en conceptos de la historia del arte: cuerpos tomados por los afectos y pasiones. Se trata de una medicina que expone y experimenta los cuerpos y que pretende hallar la verdad a través de la imagen. Charcot también indaga en los cuerpos una vez muertos, a través de la autopsia, buscando un hallazgo orgánico fatal que explicara la patología mental. Al no hallarlo, se atribuyó la histeria a un trastorno funcional.

Todavía hoy subyace la fe de que rastreando el cuerpo con la imagen daremos con una explicación para la enfermedad, daremos con la verdad: toda la aparatología de diagnóstico por la imagen se inscribe en esa tradición.

  1. Freud inventa una nueva forma de concebir el cuerpo diferente de la de Charcot. Comparando las parálisis de origen orgánico con las de origen histérico se da cuenta de que en la histeria, la parálisis no se corresponde con la anatomía orgánica, sino con la representación que el paciente se hace del órgano. Freud es realmente el primero en socavar el dualismo cartesiano: el cuerpo no está separado de la mente en tanto que está atravesado por la mente y el lenguaje. Y prueba de ello son los casos de parálisis histéricas que debe tratar.

El cuerpo como lo concibe Freud no es un cuerpo que se exhiba, sino que debe ser escuchado. Es un cuerpo más pulsional que pasional, organizado a la manera de un collage surrealista, como después afirmaría Lacan. Organizamos el cuerpo con piezas sueltas. Ya para Freud había algo del goce en el cuerpo, aun sin necesidad de llegar a la histeria, y eso genera problemas siempre porque la pulsión empuja y no cesa, al contrario que el instinto, que sacia la necesidad.

  1. El cuerpo de las reproductoras como objeto de reivindicación social y lucha feminista. Aun no se ha conseguido substituir el útero, las mujeres todavía son necesarias para la reproducción. Lucha contra la sumisión de la que el cuerpo de la mujer es objeto: p. e. derecho al aborto. Diferenciación entre lo materno y lo femenino. Fin del discurso patriarcal, fin de la maternidad como obligación, liberalización del goce sexual de la mujer. La maternidad se despega de lo biológico con la entrada en escena de nuevas tipologías de familias y las posibilidades que ofrece la ciencia. Coexisten la sexualidad sin m/paternidad y la m/paternidad sin sexualidad.

  2. Normalización del fenómeno trans, entrada en escena de nuevos géneros, normativización de que el género está sujeto a la volición personal y de que es ‘construible’. Más aun: no se trata, por tanto, de pasar de A a B, sino de decidir en qué punto del tránsito el sujeto va a plantarse. Los inicios del fenómeno se remontan al psiquiatra Stroller, que inventó el término ‘disforia de género’, hoy obsoleto entre los trans, puesto que su tesis es que el género no está asociado a la biología, sino que se construye a voluntad.

Hay quienes ven en el fenómeno trans el resultado de desplazar todas las dificultades de adoptar un rol de género (nivel simbólico) y de obtener un cuerpo sexuado (nivel imaginario) al cuerpo real. También puede haber influido la idea generalizada de que somos solo un cuerpo, y eso sí se inscribe plenamente en la época que estamos viviendo, plenamente esclava de la imagen. Efectivamente, la época parece querer extirpar la juntura de la que estamos hechos entre materialidad y psique.

Esencialmente, existen dos modelos de trans:

  • El modelo representado por P. B. Preciado, en que el fenómeno trans es un plus de goce en sí mismo, el goce del tránsito. Se defiende que la diferencia sexual no existe.

  • El modelo representado por Michel Michet: el fenómeno trans da respuesta a un malestar que persiste una vez realizado el tránsito.

Aunque buena parte de los activistas LGTBIQ+ crean que los avances sociales en este terreno han sido resultado de su lucha, en realidad han sido posibles gracias a la ciencia y la tecnología, y podría argüirse que sus partidarios han sido engañados y captados, guiados por su deseo, a una fe del cuerpo self-made que está llevando a una verdadera obsolescencia del cuerpo, en un bucle cartesiano delirante y completamente inesperado a estas alturas de nuestra civilización.