Associació per l'estudi i la difusió de la psicoanàlisi d'orientació lacaniana, fundada per Cecilia Hoffman. Quadern de bitàcola




domingo, 7 de abril de 2024


La joven homosexual, ¿“una muchacha nada neurótica”?

Alín Salom

Psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina es un texto de Freud, de 1920, época cuasi victoriana en la cual la homosexualidad aún se consideraba como un delito o una enfermedad. Freud ya distingue en esta fecha tan temprana entre (a) los caracteres sexuales somáticos, (b) los caracteres sexuales psíquicos, (c) el tipo de elección de objeto, como series independientes. Por otro lado, Freud sostiene siempre la “premisa de la bisexualidad original del individuo humano”. Dice que siempre existe “al lado de la heterosexualidad manifiesta, una considerable magnitud de homosexualidad latente o inconsciente”.

La muchacha sin nombre en el escrito de Freud se llamaba en realidad Margarethe Csonka. Era, “una apasionada defensora de los derechos femeninos”, dice Freud, una adolescente rebelde (tiene 18 años, cuando acude a la consulta), que se exhibe con la dama a la que corteja, la Baronesa Leonie Puttkamer, una cocotte diez años mayor que ella. Margarethe hace un pasaje al acto: un intento de suicidio. Freud habla de Margarethe como “una muchacha nada neurótica”, en el pie de página 1518 de la traducción de Ballesteros1. Habría que ver qué quiere decir ese “nada neurótica”.

La psicogénesis, o sea, el origen psíquico de esa homosexualidad es, según Freud en este artículo, plenamente edípica. Cuando Margarethe está en plena adolescencia, fase de reviviscencia del complejo de Edipo (nos olvidamos a menudo de ello), cuando ella espera un niño del padre como sustituto del falo que no tiene dice Freud o en términos lacanianos, ella entra en “la simbólica del don”, resulta que es la madre la que tiene un bebé del padre. Adviene un hermano, un niño real “real” en sentido lacaniano, o sea traumático en lugar del niño imaginario que ella esperaba. Margarethe sufre una enorme decepción.


La decepción parece ocupar un lugar fundamental en muchos casos de homosexualidad femenina. A raíz de esta decepción, Margarethe rechaza al padre, rechaza el amor de todo hombre, rechaza el deseo de hijo y, finalmente, rechaza su propia feminidad, en una lógica de efecto dominó. Freud dice que, tras la decepción, Margarethe “se transformó en hombre y tomó como objeto erótico a la madre en lugar del padre”2. Escribe también: “tendencias hostiles y vengativas contrarias al padre [...] la mantenían encadenada a la homosexualidad...”3 La elección de objeto homosexual ofrece una doble ventaja a Margarethe: por un lado, se venga del padre (“tú me has engañado, ahora yo te engaño a ti”; y para disgustarle se pasea con la Dama cerca de su oficina); por otro lado, se reconcilia con la madre, porque deja de ser la competidora de esa madre compulsivamente coqueta y competitiva.


Agreguemos algunos datos más respecto a las coordenadas edípicas del caso, a partir de la biografía de Rieder y Voigt sobre Margarethe4: la joven experimentaba un profundo desconsuelo

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1 Freud, S., Obras completas, Madrid, Biblioteca Nueva, 1982, p. 2552.

2 Freud, S., op. cit., p. 2552.

3 Freud, S., op. cit., p. 2555.

Aflalo afirma: toda una serie de mujeres homosexuales muestran tener el mismo recuerdo traumático: se han sentido dejadas caer por el padre quien las ha humillado y ha desvalorizado su feminidad. A partir de ahí hay un cambio: la niña se identifica al padre y elige amar a la madre.

4 RIEDER & VOIGT, Sidonie Csillag: La joven homosexual de Freud.

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por el rechazo hacia ella de su madre, la cual manifiestamente prefería a sus hijos varones. Esta madre siempre será retratada por Margarethe, como fría y distante con su hija. La única vez que Margarethe rompe a llorar en el curso de una sesión con Freud será precisamente cuando hable amargamente de su impotencia para conmover los sentimientos de su madre. Un episodio destaca en esta relación. Margarethe solía acompañar a su madre a Semmering, uno de esos “lugares de descanso” para la burguesía, a unos 100 km de Viena, para que su madre reposara. El padre se quedaba en Viena por negocios. Durante estas estancias su madre se transformaba: de ser una persona temerosa y reacia al trato social, se convertía en una vampiresa. Flirteaba y coqueteaba tanto que su hija sentía vergüenza ajena y repugnancia. Los hombres revoloteaban alrededor de esa mujer aún atractiva como polillas. En una ocasión, un hombre quiere hacerle un cumplido a la madre: le dice que tiene una hija ¡tan bien educada! La madre le responde que Margarethe no es hija suya, sino de una conocida. En los días siguientes Margarethe ni se acerca a su madre. Margarethe tampoco podía decir a su padre lo que ocurría en estas estancias. Hay una falta de lugar para Margarethe en el deseo materno. No es descabellado que orientara su Edipo hacia el padre “de manera [tan] estable y particularmente reforzada”, en términos de Freud. De ahí la desesperación de Margarethe y su intento de suicidio, cuando su padre la fulmina con la mirada al toparse con ella por la calle en compañía de la dama1.


¿Hay realmente psicogénesis?

A pesar de que la psicogénesis de este caso de homosexualidad está, según Freud, totalmente basada en el Edipo, Freud dedica el último apartado del artículo a argumentar que no hay una psicogénesis automática, previsible, en el desarrollo de un sujeto:


Analíticamente puede descubrirse siempre con toda seguridad la causación, siendo, en cambio, imposible toda predicción sintética. De este modo no habremos de afirmar que toda muchacha cuyos deseos amorosos, emanados de la disposición correspondiente al complejo de Edipo en los años de la pubertad, queden defraudados, se refugie en la homosexualidad. Por el contrario, creemos mucho más frecuente otras distintas reacciones a este trauma. Pero entonces habremos de suponer que, en el resultado de nuestro caso, han intervenido decisivamente otros factores especiales ajenos al trauma y probablemente de naturaleza más interna...”2


¿Cuáles son estos “otros factores”? Freud se refiere a: “inclinaciones homosexuales en la pubertad”, “fijación infantil a la madre”, “complejo de masculinidad”, “envidia del pene”, etc., etc., etc. Lacan va a decir en el Seminario 3: “el secreto del psicoanálisis es que no hay psicogénesis”3. Eso es lo insoportable para una psicología simplista.


No entraremos en esta reseña en la cuestión del pasaje al acto, el niederkommt de Margarethe, a pesar de ser sin duda una cuestión crucial. Señalemos, no obstante, que la denigración de la homosexualidad aún a principio del siglo XX fragilizaba enormemente a los sujetos.


Amor idealizado y abismo del goce sexual

Más allá de las coordenadas edípicas, hay una voluntad de Margarethe de elegir como objeto de deseo a mujeres a menudo inalcanzables, Lacan dice en el Seminario 4:


Es un amor que no solamente prescinde de satisfacciones, sino que apunta con mucha precisión a la no satisfacción. Es el orden mismo en que puede florecer un amor ideal –la institución de la falta en la relación al objeto”.4


Margarethe sostiene siempre un amor cortés, idealizado y casto hacia ellas, y pretende encarnar el lugar de “un falo abstracto, heroico, único y consagrado al servicio de una dama”5. Así sostiene Margarethe a La Mujer. En efecto la idealización de la mujer parece un rasgo frecuente de la homosexualidad tanto masculina como femenina. Recordemos a André Gide su Madeleine...

Sabemos por la biografía de Rieder y Voigt que Margarethe tuvo dificultades con el goce sexual. Experimentaba asco, repugnancia cada vez que se acercaba la posibilidad de un encuentro cuerpo a cuerpo con una mujer, y no digamos con un hombre.6 Este rechazo del goce sexual le costó la pérdida de la que fue su segundo gran amor, después de la baronesa Léonie Puttkamer, una tal Vjera Rothballer. Margarethe vive un apasionado romance con esta bellísima mujer que siempre la había fascinado7. Se van de viaje un par de semanas, viaje que ha fantaseado y anhelado Margarethe toda su vida. Y cuando realmente la tiene en su cama, huye con su amado e inseparable perro, Petzy. El perro es un escudo, es su verdadero partenaire. Finalmente, Vjera la enfrenta a una elección: ¡O tu perro o yo! Y Margarethe elige a su perro, algo que lamentará con nostalgia el resto de su vida.


No es que Margarethe haya carecido por completo de vida sexual. Hay algunas mujeres con las que sí mantuvo relaciones a lo largo del tiempo, y se casó, además, con un hombre, un hombre al que no deseaba. Hizo un matrimonio de conveniencia, para contentar a su padre que creía que un matrimonio iba a “enderezar” a su hija. Margarethe queda cautivada cuando ve a este hombre, con su uniforme militar montando a caballo8. Luego resultará que es un canalla, que le sustrae todo lo que puede de su patrimonio.


Margarethe se dedica toda la vida a perseguir mujeres imposibles, inalcanzablesquimeras amorosas. El amor idealizado la resguarda del abismo del goce sexual9.  El amor cortés es como una solución para Margarethe. 10

¿Era Margarethe una muchacha “nada neurótica”?

Tal vez en comparación con Anna Freud, parecía llena de deseo, sostenía mucho mejor su deseo11. Señala Lacadée que Anna Freud también se giró hacia las mujeres. Pero Anna Freud parece haber sido abstinente toda su vida. A pesar de que estuvo años conviviendo con Dorothy Burlingham, parece que no mantenían relaciones sexuales. Anna Freud sostuvo que un homosexual no podía ser psicoanalista. Y así sigue la IPA sin aceptar que candidatos homosexuales sean admitidos como analistas.


Ahora bien, hay en Margarethe un rechazo del inconsciente, un rechazo del sentido edípico; no acaba de asumir el complejo de castración, rechaza el goce sexual. A lo largo de su vida, intenta suicidarse tres veces; del último intento se salva por los pelos. Si Margarethe no es “nada neurótica”, no es porque esté libre de síntomas, sino que se trata de otra estructura.12


En todo caso, la homosexualidad y el amor cortés son su solución sintomática, sublimatoria, la “construcción" de Margarethe.

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BIBLIOGRAFÍA

FREUD, S., Obras Completas, Madrid, Biblioteca Nueva, 19xx,

vol. III, pp. 2545 y ss.

Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu, 19xx,

vol. XVIII, pp. 137 y ss.

LACAN, J., Seminario 4, La relación de objeto,

Las vías perversas del deseo”, caps. VI-VIII, pp. 97 y ss.13

Buenos Aires, Paidós, 1994.

Seminario 6, El deseo y su interpretación,

cap. XXVI, “La función del splitting en la perversión”.

Buenos Aires, Paidós, 2014.

Seminario 10, La angustia, cap. VIII, “La causa del deseo”, §3.

Buenos Aires, Paidós, 2008.

Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis,

cap. III, “Del sujeto a la certeza”.

Buenos Aires, Paidós, 1987.

AFLALO, “Des amours et des femmes. Des homosexuelles en analyse”,

La Cause du Désir, n.º 81, 2012.

AROMÍ, A. & FERNÁNDEZ BLANCO, M., “Homosexuales en análisis”,

disponible en línea.

BROUSSE, M.-H., “La homosexualidad femenina en plural. Cuando

las histéricas prescinden de sus hombres de paja”, Freudiana, n.º 9, 2023.

GOYA, A., “La joven homosexual”, Nucep, disponible en línea.

LACADÉE, Ph., “Extirpar la libido del rincón donde se ha escondido”,

Freudiana, n.º 100, 2024.

PÉLABON, C., “Le passage à l'acte de la jeune homosexuelle”,

Figures de la psychanalyse, n° 10/11, 2010.

RIEDER, I. & VOIGT D., Sidonie Csillag: La joven homosexual de Freud,

Córdoba, El cuenco de plata, 2011.

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APÉNDICE

La homosexualidad en la época de la despatologización

a partir del texto “Homosexuales en análisis” de Anna Aromí y Manuel Fernández Blanco14

La clínica hoy

La pregunta ¿soy homosexual? hoy se ha rarificado en extremo15. La cuestión que actualmente empuja a los homosexuales, ellos o ellas, a acudir al psicoanálisis no tiene que ver necesariamente con la homosexualidad. Está sobrepasada la época del sufrimiento por la elección de objeto.


Hoy se observa cómo algunos jóvenes hacen una elección ocasional de goce homosexual sin que eso los divida o les otorgue necesariamente una identificación o un ser. En la clínica vemos una mayor variabilidad en la elección, a menudo no exclusiva y variable en el tiempo.  Nuestra época se caracteriza por la extrema labilidad de los goces.

Homosexualidad y estructura clínica

La homosexualidad puede estar presente en todas las estructuras clínicas. Tiene, por supuesto, sus particularidades según los sexos. Lacan siempre se opuso a situar, al contrario que otros analistas de su época, la homosexualidad en el campo de la perversión.


No es posible mantener la homosexualidad como una categoría, clase o tipo clínico. No existe la homosexualidad, sino homosexualidades. No hay un "para todos" de la homosexualidad. El deseo homosexual se sitúa en la dimensión del uno por uno.


Hombres y mujeres se distinguen por su modo de goce, independientemente de que sean homosexuales o heterosexuales. Lacan, en El atolondradicho dice: llamemos heterosexual, por definición, a lo que ama a las mujeres, cualquiera que sea su propio sexo16.


No hay simetría entre la homosexualidad femenina y la masculina, como tampoco la hay entre homosexualidad y heterosexualidad.

Del lado de la homosexualidad femenina

La dimensión del amor puede estar especialmente privilegiada en la homosexualidad femenina, como un modo de suplir la inexistencia del significante del Otro sexo: si hay amor, nada falta.


Del lado femenino, las mujeres tienen una relación particular con el S(A/ ). Es por esto que estos sujetos pueden insistir más fácilmente sobre su diferencia, es decir presentarse como liberadas, en una especie de insostenible ligereza, de toda identificación17.


Algunas Doras de hoy en día pasan de una posición homosexual inconsciente, reprimida, no pasada al acto (donde Dora se quedaba), a una posición consciente y un acting out de la atracción por lo femenino en la otra mujer. Sin pasar por el hombre, ni el deseo de un hombre, van directamente hacia ese Otro sexo que las fascina, que ellas aman. El lazo con esa mujer que se supone que es Otra, diferente de ellas, que se supone que va a venir a revelarles su propia feminidad, produce un encantamiento amoroso. Brousse dice: Hay simplemente mujeres que se autorizan a ser hombres como los demás18.


Del lado de la homosexualidad masculina

Así, del lado de la homosexualidad masculina, como señala Éric Laurent, bajo la apariencia de la relación a lo mismo, es la relación al Otro femenino lo que está en cuestión y divide al sujeto. 


Si "hetero" es, como propuso Lacan, lo que ama a las mujeres, ¿debemos deducir que los "homo" no las amarían? No es lo que la clínica parece indicarnos; no es raro encontrar en sujetos homosexuales un amor dirigido a figuras femeninas.


Del lado gay, es la identificación al falo muerto la que tiene una densidad particular.


Una pregunta, un punto de partida

¿Podemos seguir afirmando que la homosexualidad comporta un tipo de rechazo de la castración?


El psicoanálisis descarta cualquier posibilidad de postular una sexualidad normativa. Con Freud, es necesario concluir que no hay más sexualidad que la desviada.

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1 El pasaje al acto no se comprendería si, a la vez, la baronesa no le hubiese dicho que deseaba interrumpir la relación con ella. Abandonada por los dos, Margarethe se deja caer como un objeto a palea, señala Lacan en varios Seminarios.

2 Freud, S., op. cit., p. 2559.

3 Lacan, J., El seminario 3, Las psicosis, Buenos Aires, Paidós, 1984, p. 17.

4 Lacan, J., Le Séminaire 4, La relation d’objet, París, Seuil, 1994, p. 109.

5 Lacan, J., Le Séminaire 11, Les quatre concepts fondamentaux de la psychanalyse, París, Seuil, 1973, p. 39.

6 Lo cual sugiere directamente una estructura histérica. De hecho, Lacan habla en el Sem 5, fr. p. 407, (sin conocer la biografía) de “extender” la histeria hasta ahí. O sea, me parece entender que la homosexualidad femenina es hasta cierto punto histeriforme.

7 Su “condición erótica” era: la belleza. Lacan indica que el deseo perverso aparece anudado en torno a exigencias estéticas. Y que el perverso se identifica a la forme imaginaria del falo. Sem 6, El deseo y su interpretación, ed. fr, pp. 550-551.

8 Tous les coups de foudre amoureux de Sidonie prendront la même forme (il y en aura trois dans sa vie), c’est-à-dire qu’elle est saisie visuellement par l’apparition d’une femme dont l’image la fascine.” Caroline Pélabon, “Le passage à l'acte de la jeune homosexuelle”, Figures de la psychanalyse, n° 10/11, 2010, p. 221.

9 Goya, A., “La joven homosexual”, Nucep, disponible en línea.

10 Señala Lacan en el Sem 6, creo, que, de hecho, el tipo de amor idealizante-idolátrico aparece tb en Gide, en la perversión en general, pero sobre todo en la homosexualidad que oscila entre el fetichismo y la idolatría.

Ibid., pp. 548-549 “Que voyons nous chez l’homosexuelle féminine? [...] la jeune patiente de Freud se précipite dans l’idéalisation homosexuelle [...] Elle est bien le phallus [...] Chez le névrosé, le désir de l’Autre fait l’effroi du sujet, lequel se sent courir là tous les risques. Chez l’homosexuel en revanche, ce désir trouve son symbole, surgi de la mère, dans le phallus, qui est ici l’élément signifiant essentiel, le centre autour de quoi va s’organiser toute la construction du pervers...”

11 Lacadée, “Extirpar la libido del rincón donde se ha escondido”, Freudiana, n.º 100, 2024.

12 ¿Es una perversión? Marie-Hélène Brousse dice que en el caso de la joven homosexual no está claro que se trate de una perversión, que hay que ser prudentes. En cambio, Stella Harrison insiste en que sí se trata de una perversión: porque el padre y la Dama son forzados a ver su caída (recordemos cómo Mishima hace fotografiar mientras lleva a cabo su harakiri). Brousse, M.-H., “La homosexualidad femenina en plural. Cuando las histéricas prescinden de sus hombres de paja”, Freudiana, n.º 9, 2023. “Harrison, Stella (dir.) Elles ont choisi. Les homosexualités féminines, París, Michèle, 2013, p. 41.

13 Cap. VI: “La primacía del falo y la joven homosexual”. Cap. VII: “Pegan a un niño y la joven homosexual”. Cap. VIII: “Dora y la joven homosexual”.

14 Anna Aromí & Manuel Fernández Blanco: “Homosexuales en análisis”, disponible en línea,

http://ccbcn.info/xv-conversacion/

15 Después de haber sido una cuestión que hacía temblar a los semblantes sociales, y que amenazaba al fantasma masculino tanto como al fantasma de la maternidad,

16 Lacan, J., “El atolondradicho”, Otros escritos. Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 491.

17 Laurent, É., “Ni Ganymède, ni made in gay”, en La cause freudienne, n.º 55, 2003, p. 55.

18 Brousse, M.-H., op. cit.





Algunas ideas para enmarcar y comenzar el debate.

Dentro del marco de trabajo de la “Clínica y la época” hemos elegidos dos películas en contextos de época muy distintos.

En ambas hay jóvenes/ adolescentes como protagonistas conviviendo en entornos escolares.

Tomando a E . Laurent , “ Hay un fin de análisis para los niños” pag 34, toma las Antimemorias de André Malxaux donde en la introducción dice: “ Lo que he llegado a creer , fíjese, en ese ocaso de mi vida , le digo , es que no hay personas mayores” ( esto lo toma Lacan en las Conferencias de sobre psicoanalista en la escuela de 1967) Esto Lacan lo toma como vía de entrada para plantear la conexión del niño y os campos de concentración e insiste en que no hayan ya grandes personas la señal de la entrada en un mundo de segregación”. Por eso lo llamará la época del niño generalizado

Podríamos desarrollar y pensar algo en esta línea

Cuando uno se vuelve realmente adulto? Lo que separa a un adulto de un niño , es la ética en relación al goce, que quiere decir esto ?

Tomando la cuestión de la pubertad/ adolescencia , sabemos, que es un momento de la vida donde se re configura la unión S/I , el semblante tambalea y se buscan nuevas identificaciones en este contexto la oferta de la época es importante, pensando la época como ese Real que está ahí y que cada sujeto de manera singular se puede apropiar de algo .

Tomé algo de David Kreszes , El lazo filiatorio y sus paradojas”

él puntúa que ;para desligarse de la familia hay que tomar algo del otro, por eso para salir al mundo hay que poder servirse de un significante familiar y otro extra familiar y con ambos hacer pié en lo social. En esta operación se puede estar en dos polos o modos de hacer:

Una forma rígida donde no hay nada de corte, apegos rígidos que dan como resultado fundamentalismos , identificaciones rígidas .

El otro polo , es donde el sujeto no debe nada al otro , se creen auto fundados , esto es algo un poco de la época , donde los padres desde el comienzo están des investidos de autoridad , donde hay un corte con la historia y la transmisión. Evocando a E Laurent, la época del Otro roto.

Por otro lado hay el rechazo constante a la castración como paisaje de esta época ( producto del capitalismo feroz) si a esto se le suma lo rudimentario que aporta lo simbólico , que punto de amarre le queda al sujeto? El cuerpo. Para amarrarse a lo Real se pone en juego el cuerpo. ( lo vemos en, Nada) .

Adultos que miran lo oque sucede al estilo de una escena de teatro, no intervienen o lo hacen deficitaria mente. Adultos invisibles . Adolescentes que intentan sentir? , o localizar “ lo que importa” realmente .

Del lado de “La mirada invisible” hay un otro muy presente, casi un Panóptico; una aparatología que funciona buscando todo el tiempo una subversión para reprimirla , época complicada más un marco político particular de casi, pos dictadura. Una joven fanatizada con la causa y a la vez asfixiada por la misma. Adultos omnipresentes , perseguidores y los jóvenes escapando a la mirada de éstos como pueden para hacer “cosas normales de la vida” “Cosas que importan”, refiriendo a la última frase de Nada

Ambas películas acaban con una muerte. Quien, en cada caso? Si se puede pensar en alguna sinergia.

Cuál sería la clave? , si es que la hay.. encontrar a un otro que pueda decir que sí a las invenciones de los adolescentes , como respuestas vitales ...( es lo que no se hace en Nada, ) pero a la vez se puede decir que no a lo ruidoso , y poder encontrar a un otro encarnado que le permita habitar el inestable suelo de lo social de la época actual.

Lo invisible como significante , se juega de formas distintas en cada película , generando finales distintos.

En un caso desde lo invisible desde la alerta , ser invisible y guardián para espiar o controlar a los otros. En otro caso, ( Nada) se me ocurre que lo invisible , es lo invisivilizado del malestar de los adolescentes. Las diversas interpretaciones que se dan de “ la cosa” que queda , el montículo de objetos y restos dándole un valor comercial. Todo lo que se expone en la Red en definitiva se mercantiliza.

Patricia Montozzi

 

martes, 6 de febrero de 2024



Patricia Montozzi:
Abrimos el ciclo de conferencias en el marco de trabajo para este año

el Entrecruzamiento de la clínica y la época.

los malestares en sus diversas formas de presentaciones y dentro de este programa hemos incluido el malestar

provocado por el uso/abuso de lo digital y las pantallas en niños y adolescentes .

Para abordar este tema contamos con la grata presencia de José R Ubieto, es Pico clínico y psicoanalista Miembro de ElP y AMP, colaborador docente de la UOC y UB, Columnista de la Vanguardia . Autor de varios libros, entre los últimos , del padre al Ipad, Bienvenido Metaverso? Presencia , cuerpo y avatares en la era digital y Adictos o Amantes¿ claves para una salud mental digital en infancias y adolescencias .

Y Rosa Antolín, que es Pedagoga y Psicoanalista y miembro del Grupo del Garraf.

Es un tema que siempre ha estado ahí pero ha cobrado mucha vida en estos últimos meses a partir de las regulaciones que se han dado en algunas comunidades. Por otro ldo Cataluña La Consellería de educación de la Generalitat , para regular el uso de los tel móviles en centros educativos YA HAY un nuevo marco regulador para este 2024. Un marco regulador pretende o apunta a dar una respuesta la portabilidad de móviles en los jóvenes en los institutos.

Como especialistas dentro de la salud metal, somos consultados por padres, docentes, sobre el uso de las pantallas, tanto en los contenidos como en el tiempo de exposición. ( aquí es donde pensamos las coordenadas de lo intenso y lo extenso) .

El contenido es algo que se puede controlar hasta cierto punto ; el otro día escuchaba una entrevista a Beatriz Izquierdo, que es Lic. en derecho Penal y crimino logia, ha sacado un libro – de los Reyes magos al porno- el origen del mal y ella describe que un niño puede estar en una página buscando un Pokemon y de repente le aparezca una escena porno violenta, y por otro lado el tiempo cuanto tiempo es el ideal para que no haga daño... y otro punto es el quitar el uso de la pantalla como castigo a la hora de bajar las notas, o tener alguna incidencia de conducta en el colegio.) al estilo de sacar aquello que más gusta, pasa esto por que tienes muchas horas de móvil, tratarlos como adictos, sin tener en cuenta que la vida de los jóvenes- pasa por ahí – está ahí -

Yo como muchos de nosotros estoy dividida con este tema , Intentamos pensar que no hay recetas hechas y que esta realidad va por delante, sabemos de la subjetividad y nuestra orientación siempre apunta al caso por caso , poder entender el tipo de relación que hay con las pantallas.

Umberto Eco, tiene un escrito - el Mago y el Científico- habla de la tecnología y la pone lado de la magia moderna – dirá que nos captura por este efecto rápido que logra y del cual no tenemos ni idea cómo funciona, qué hay detrás

La tecnología hace de todo para que se pierda de vista la cadena de las causas y los efectos -Es verdad hay algo mágico en la tecnología que nos atrapa , que nos fascina . Esta magia que hay en las pantallas , que funcionan a veces, como verdaderos espejos mágicos, similares a los de los que encontramos cuentos infantiles, el espejo de blancanieves o incluso el de Alicia a través del espejo que funciona como un portal.

Hay algo de cierto en estas reflexiones .Vivimos colgados de un sin fin de aplicaciones acerca de cuyo funcionamiento sabemos poco o casi nada. De alguna manera vivimos abducidos por un imperio de espejos negros en forma de pantallas ( mov, tablet, tv) están en todos lados , sobre la mesa, en la pared, en la mano y en nuestras mentes. Y a la vez nos sentimos como Aladino deslizando el dedo sobre esta pantalla y de repente abriendo todo un mundo -*

claramente ,Hay un culto al objeto tecnológico.

El niño y el adolescente representan emblemas del ser en potencia, crecen en la medida que aprenden de la vida y de sí mismo a través de sus mil y un pantallas

en donde el muro que muchas veces los amuralla los convierte en proyecciones serviles de los íconos de moda , encadenados a una sutil dictadura de las apariencias.

Cerrando los ojos ante la peor versión de ellos mismos.

No estaría mal que se pudieran desprender de la máscaras con que visten sus perfiles en las redes al estilo de un reflejo perfecto .

Pero no es la idea demonizar a los jóvenes y el uso del móvil pero hay que reconocer que el desdoblamiento que esto produce , en algunos casos es muy fuerte y estamos aquí para encontrar algunas claves para su uso.

Se me ocurre pensar en el mito Narciso, el joven que se reflejó en un espejo de agua y quedó pegado , creo que esto es lo que no deberíamos repetir en el consumo de estos espejos pantalla , creo que deberíamos convertirnos en un Perseo -El héroe que libra una batalla – la batalla contra Medusa y la vence gracias al bronce pulido de su escudo que funcionó como espejo, haciendo que ella misma se refleje y se petrifique, en vez de petrificarlo a él reflejado-se en su mirada.

Me pregunto si Seremos capaces de ser un Perceo para nuestros jóvenes. ..?

*"El mundo de los espejos mágicos" Álvaro Bermejo

Rosa Antolín 

 El libro ofrece la posibilidad de pensar y repensar un tema actual e importante por el lugar que ocupa en la actualidad, a nivel subjetivo, educativo, político, económico y social. La lectura del libro permite descubrir la complejidad del tema como un valor, descartando la simplicidad y la respuesta inmediata y precipitada, que comporta. Este análisis complejo nos permite buscar respuestas, “soluciones”, siempre parciales y siempre singulares, descartando la simplicidad de la respuesta correcta. Esto tiene un gran valor en el momento actual donde el discurso científico favorece la ilusión de identificar, nominar y aplicar el protocolo correspondiente, haciendo de esto lo fundamental del “tratamiento”, para conseguir la respuesta esperada. Otra orientación permite la construcción particular de cada uno en el tratamiento de aquello que de sucede, pensando el síntoma como construcciones de respuestas particulares.

La lectura me ha aportado las siguientes ideas:

  • La función de los objetos de producción de consumo en el sistema económica neoliberal, obturan la falta constitutiva de la subjetividad, ilusión de satisfacción y completitud fallida. Desde esta idea la frase que oímos en los adultos, “lo tienen todo”, para referirse a niños y adolescentes, nos permite pensar en la responsabilidad de cada uno al respecto del qué y cómo hacer con estos objetos.

  • Pensar la adolescencia o adolescencias como tránsitos para la construcción de una salida particular en el hacerse cargo del malestar que implica vivir y la constitución de una identidad sexual, como una opción posible, nos permite dar cuentas de la complejidad y el proceso particular de cada uno, para construir su salida posible.

  • El concepto de figital, físico y digital como el marco des de donde el sujeto actual construye su realidad, nos permite pensar en un tratamiento del aprendizaje diferente.

  • Pensar el vínculo con la tecnología a partir del vínculo con el otro, como un vínculo de amor, nos permite de entrada situar al sujeto en otra perspectiva, una perspectiva subjetiva de reconocimiento. El abordaje a partir de aquí puede posibilitar otro tratamiento.

  • Pensar la tecnología como una herramienta para la construcción de la realidad para del sujeto; un lugar de búsqueda a las preguntas sobre el ser; un lugar de búsqueda de reconocimiento y pertenencia y por último, un lugar de obtención de satisfacción abren la posibilidad de un tratamiento del tema mucho más complejo y profundo. Nos permite pensar el uso de la red como un modo particular de hacer con el otro.

  • El concepto de acompañamiento como acompañar, al niño y al adolescente, para el surgimiento de un invento particular de hacer con el otro, en su ser; nos permite pensar en el proceso, el tiempo y nos convoca a la función como adultos de hacernos cargo de nuestro deseo y nuestra responsabilidad, autorizándonos en nuestro propio invento particular.






martes, 9 de enero de 2024

El estrago materno: una cuestión estructural


Vanessa Postigo


“El deseo de la madre no es algo que pueda soportarse tal cual, que pueda resultarles indiferente. Siempre produce estragos. Es estar dentro de la boca de un cocodrilo, eso es la madre. No se sabe qué mosca puede llegar a picarle de repente y va y cierra la boca.”


En la consulta, en la literatura, en el teatro; nos encontramos con sujetos que en algún momento hablarán de sus madres. Narradas, inventadas, ficcionadas, algunas voraces y otras ausentes, víctimas o verdugos, deprimidas o deseantes,… Todas las madres son susceptibles de recibir una queja de la boca de otra mujer (la hija) y más se podría decir, cuando la función del NDP está en declive y no sustenta la interdicción necesaria para que esa mujer que habita en una madre desee más allá del hijo/a. Se puede constatar en las custodias compartidas que se otorgan en los juzgados, muchas tipo “salomón” partiendo el tiempo de los hijos entre los partners en igualdad de condiciones, las madres/padres son lo mismo, borrando así la función de la madre y la función del padre. Las nuevas madres asoman de forma voraz, quieren tener a los hijos todo el tiempo, o darles todo cuando los tienen. Hay campo abierto para estragos devastadores.

 

Desde el psicoanálisis, el estrago materno se entiende como una cuestión estructural, fundante de la constitución subjetiva para el niño y para la niña, aunque el caso de las niñas va a ser especialmente tratado en este comentario. 


En “Algunas consecuencias de la diferencia sexual anatómica”, Freud plantea para la niña que el objeto sexual es primeramente la madre. Se llama fase de ligazón exclusiva y tiene una significación especial en la mujer. El complejo de Edipo tiene entonces una prehistoria en la niña. Esta fase pre-edípica llega a su fin cuando la niña descubre la existencia del órgano peniano. 


Ella nota el pene de un hermano o un compañerito de juegos, pene bien visible y de notable tamaño, y al punto discierne como el correspondiente superior de su propio órgano, pequeño y escondido; a partir de ahí cae víctima de la envidia de pene (...). Ha visto eso, sabe que no lo tiene y quiere tenerlo. (Freud, 1925 [1984], pág. 271)


Esta ausencia de pene en la niña es del orden de una privación más que de una castración. Y una de las consecuencias es que acontece el relajamiento de los lazos cariñosos con la madre, el reproche y la hostilidad, o también un deslumbramiento por la figura materna. En la privación acontece, además, la decepción de la niña, cuando va a buscar en el padre lo que la madre no le ha dado y este tampoco se lo da; es una doble decepción. “Eso” no puede ser satisfecho. Además, comenta Marie Helene Brousse en su artículo “Una dificultad en el análisis con mujeres; el estrago de la relación con la madre” a propósito de la referencia freudiana anterior: “Conviene dar al término “escondido” todo su peso. La niña lo tiene bajo ese modo y bajo ese modo del tener entra ella en la problemática de la feminidad, problemática que toca también a su madre. Los objetos preciosos de la madre están

escondidos: armarios cerrados, cajones secretos, objetos fuera del intercambio celosamente guardados por la madre para su propio goce.” Para su propio goce, el de ella, que tiene consecuencias en la relación con la hija y donde la madre queda como responsable de la falta en la niña y es sospechosa de gozar de ello; esto sería el estrago.  

En el Atolondradicho Lacan va a decir “…la elucubración freudiana del complejo de Edipo, que hace de la mujer pez en el agua, por ser la castración en ella inicial (Freud dixit), contrasta dolorosamente con el hecho del estrago que en la mujer, en la mayoría, es la relación con la madre, de la cual parece esperar como mujer más sustancia que de su padre.”


Es a la madre a quien la niña dirige su amor en primer lugar, como lo muestra la investigación freudiana. Y este amor que la niña dirige a su madre está teñido de la demanda de amor. Es la misma demanda que la mujer dirige más tarde al partenaire. En esta demanda se escucha algo de lo ilimitado del amor femenino que es un eco del goce femenino. El amor, como el odio, alberga intentos devoradores que se dirigen al ser, y sugiere que esta dimensión de “odioamoramiento” de la relación constitutiva madre-hija explica algo de este nexo. Esta demanda de amor cubre la pregunta por la feminidad. ¿Qué es una mujer? Pero no hay ningún significante que pueda responder por la feminidad. 


En Lacan, la falta del significante que caracteriza la feminidad es lo que determina la dificultad principal en la relación madre e hija. Del lado femenino, tenemos el no-todo, es decir, un conjunto que se define por su apertura, su infinitud. No hay un significante capaz de abarcar a todos los otros significantes como en el conjunto fálico. Es lo que Lacan ha llamado “estrago”. El estrago no es un síntoma, sino un efecto de lo real. Un estrago es entonces una devastación que no tiene límites y hay que tener en cuenta esta posibilidad cuando un hombre es la pareja de una mujer. 


En síntesis: para Lacan el complejo de Edipo sirve para orientarse en la estructura, pero no es suficiente con la salida hacia el padre, ya que la relación de estrago será con la madre. Y no porque le falte algo (el órgano), sino para que responda a la pregunta sobre la feminidad. 


Referencias: 

Lacan, S. XVII, p. 118

Lacan, Atolondradicho, “Los otros escritos”, p. 489

Marie Helene Brousse, “Una dificultad en el análisis con mujeres: el estrago de la relación con la madre”

Freud, 1925 [1984], p. 271

Freud, “Algunas consecuencias de la diferencia sexual anatómica”