"La psicosis ordinaria. El extraño caso del Hombre de los lobos"
El hombre de los lobos es el más extenso de los cinco
historiales clínicos que Freud publicó. Editado en 1914 con el título de “De la
historia de una neurosis infantil”, ocupa 112 páginas. También es el caso que
ha sido más trabajado por los psicoanalistas postfreudianos, ya sea para
refutar, para corroborar o para ampliar las hipótesis de Freud. Entre ellos se encuentran
Lacan y Miller, quien en su seminario de 1987-88, “El hombre de los lobos. Un
seminario de investigación psicoanalítica”, parece dar la puerta de entrada a
lo que en los años 2002 y 2003, con las conversaciones clínicas, realizadas en
las poblaciones de Arcachon y Anvers, y
publicadas como “Los inclasificables de la clínica” y “La psicosis
ordinaria”, nos han llevado al tema
investigación y debate actual en la Comunidad Psicoanalítica: La psicosis ordinaria bajo transferencia.
El objetivo del presenta trabajo es sostener la tesis
de que el HL (Hombre de los Lobos) merece el
diagnóstico de psicosis ordinaria. A su vez pretendo establecer una
hipótesis de porque no se produjo un desencadenamiento como tal, de manera que
el sujeto, pese a algunos momentos de “desenganche” y “fenómenos de franja”,
como “vivencias de despersonalización, desamparo y gran soledad”, logró ciertas
“funciones de suplencia” a la forclusión del Nombre del Padre y a la falta de
la función simbólica del falo y la castración1 manteniendo cierta estabilidad estructural.
Tomaré como eje una perspectiva fundamentalmente
clínica, intentando aislar de la literatura escrita los elementos clínicos,
dejando en un segundo plano los elementos y las diferentes interpretaciones
teóricas y técnicas, para poder abordar el caso con la máxima frescura posible.
Es un modo de simplificar y sintetizar, por otro lado imposible de evitar.
El HL recibe su nombre de un sueño, que tiene en la
infancia, pero que es analizado durante su tratamiento con Freud. El sueño es
simple. Despierta angustiado y lo recuerda. Se trata de una imagen en la
ventana donde inmóviles, sobre un las ramas de un árbol, observa a cuatro o
cinco lobos que le miran. Hago aquí un corte. Ya de entrada quiero remarcar un
primer aspecto que considero fundamental. El HL tenía un nombre y unos
apellidos, pero a partir de su encuentro con Freud, y hasta su fallecimiento,
no fue conocido por su nombre común sino por este nombre propio HL, y no
solamente por la comunidad psicoanalítica, ya que el sujeto publicaba artículos
con su biografía, y vendía cuadros y pinturas que él hacía, firmando con el
seudónimo de HL. Era conocido en lo social como el HL. Parte de la
documentación que tenemos proviene de este tiempo posterior al tratamiento con
Freud.
Serguéi Konstantínovich Pankéyev
En febrero de 1910, Serguéi Konstantínovich Pankéyev
acude para pedir tratamiento a Freud a los 23 años. Freud dice que desde los 18
años, ya era un “inválido” incapaz de ser autosuficiente y cuidarse por sí solo
de sí mismo.
Antes de que acudiera a Freud, Serguéi había sido
tratado por neurólogos y psiquiatras, incluso había ingresado un tiempo en una
clínica psiquiátrica del Dr. Kraepelin, uno de los psiquiatras más prestigiosos
de la época, que le diagnostica psicosis maníaco- depresiva.
Había seguido los tratamientos habituales de la época,
al no existir aun los farmacológicos: baños termales, aislamiento, laborterapia
como pintura y fotografía, hipnosis..., que no habían dado resultado.
¿Qué le ocurría a Serguéi? Se sentía incapaz de actuar
y decidir respecto al futuro de su vida , no podía acabar los estudios de
derecho, y se tenía que hacer acompañar por un enfermero, quien cada cierto
tiempo le tenía que dar unas lavativas, ya que tenia estreñimiento grave. Lo
que dice Serguéi es que “la vida se le presenta como algo irreal, las personas
se le aparecen como muñecos de cera y marionetas con cuerdas con las que no
podía establecer contacto”. En ciertos momentos de desesperación el H L
“pensaba en el suicidio, no puedo seguir así, decía, y de hecho esta idea no
desapareció del todo hasta el final de sus días”2. La vida estaba
como “tras un velo”3 y solo podía establecer contacto con los demás
cuando la lavativa hacía su efecto posterior al momento de defecar.
Sabemos, por Freud que esto le ocurría desde los 18
años. Pero ¿cuál es el motivo de la demanda de atención a los 23 años? Está en
relación a su amada, una enfermera a la que conoció mientras estuvo ingresado
en la clínica psiquiátrica de Kraepelin. Hay cierta ambigüedad sobre este
punto: al parecer Serguéi se sentía enamorado, pero no lograba decidirse a
tener una relación con ella. Esto es importante porque, en una entrevista que
le hacen al HL4, explica que
se decidió por la atención de Freud por dos motivos: Uno por la fuerte
personalidad de Freud, al que “siempre sentí como un padre...mi padre había
muerto poco tiempo atrás y la destacada personalidad de Freud vino a llenar ese
vacío” (los efectos de la TF en el HL), y otro porque desde el primer momento
Freud le apoyó en la idea de seguir adelante con la relación con la amada.
Puntúo aquí un segundo aspecto muy importante,
junto con el de hacerse un nombre con el que insertarse en un vínculo social, y
es el de encontrar en su terapeuta una cierta suplencia del padre, que le orienta
y apoya en el deseo sobre la vida. Es el
establecimiento de la transferencia que , como veremos, se mantendrá hasta la
muerte del HL.
El tema de la ambigüedad respecto a si seguir o no su
relación con la amada, tiene su importancia, ya que se puede deducir de la
lectura del trabajo de Freud, que la duda de Serguéi no estaba en el plano
amoroso, ya que se sentía enamorado, sino en del acceso a la relación sexual
como tal. Parece que Serguéi solo podía tener acceso a las relaciones sexuales
con las mujeres bajo la modalidad del sexo anal. Se trataría de un modo
inconsciente de evitar, o tal vez suplir,” hacer semblante”, del encuentro con
la castración y el uso simbólico del falo. Es el tercer aspecto que quiero
situar como explicación al no desencadenamiento, una función de suplencia de la
función falica, bajo la modalidad de un acceso a un goce propio conocido, pero
no a un encuentro con el goce del otro, y una evitación de la función que le
podía haber enviado a ocupar la función simbólica de padre para la que no
sabemos si estaba preparado. En las
conversaciones clínicas sobre la Psicosis Ordinaria, podemos leer que uno de
los desencadenantes puede ser el encuentro con el goce Otro, que se puede
producir en el primer encuentro sexual. Sabemos que Serguéi tuvo encuentros
sexuales, pero siempre bajo esta modalidad, y nunca tuvo hijos.
Recopilemos lo que tenemos hasta el momento. Se
presenta un paciente, cuya anamnesis
muestra que ha estado atendido por psiquiatras y neurólogos, que ha ingresado
en un hospital psiquiátrico, y diagnosticado entre otras cosas de psicosis
maníaco-depresiva. Que presenta un síntoma extraño, cierta dificultad con el
vínculo social, un aislamiento importante y que siente que el mundo es irreal,
lo que sólo se le pasa si logra defecar. Y con una demanda singular, respecto a
la capacidad de decisión y actuación de futuro, lo que bloquea la posible
relación de pareja, y le lleva a tener un
“frágil sentimiento de la vida”.
No podemos decir que presente fenómenos elementales claros
propios de la psicosis. No hay un delirio como tal, no se cree la mujer de Dios
como le ocurría a Schreber (otro de los casos que Freud trabaja). No hay
alucinaciones visuales; no es que vea los otros humanos como muñecos, es más
bien una sensación difusa de extrañeza que puede criticar racionalmente, pero
no puede evitar sentir como tal. No hay alucinaciones auditivas: no explica que
sufra de palabras impuestas o que escuche voces en su cabeza. Y presenta un
síntoma que convierte en demanda: no puede decidir y avanzar en su vida, ni
profesionalmente ni respecto a la relación pareja, pero, a la vez, no aparece
un elemento claro traumático, que se pueda ubicar históricamente de esta
imposibilidad de avanzar, y la dificultad respecto a la relación de pareja es
un tanto particular.
Freud
Freud decide tomar el caso, le atiende en dos periodos,
el primero durante cuatro años, y el segundo unos meses. Le diagnostica de
neurosis obsesiva mal curada. Y pretende encontrar el elemento traumático
histórico de la neurosis infantil causante de los síntomas. Esta decisión hay
que tomarla en dos registros. Uno propiamente clínico. Sin duda la neurosis
obsesiva es una posibilidad diagnóstica. Y decide dirigir la cura en dos
sentidos: por un lado, que su paciente logre tener una relación con una mujer
y, por el otro, que sea autónomo, autosuficiente y con
capacidad de decisión. En ambos objetivos obtiene un logro parcial: Serguéi se
casa con su amada, pero no tiene hijos, no hay constancia de que su modalidad
de encuentro sexual varíe nunca. Y logra acabar derecho, pero nunca trabaja de
abogado, sino que tiene empleos puntuales y precarios de corredor de seguros y
tiene que ser mantenido por las ayudas
económicas y apoyos de la comunidad psicoanalítica. Por demanda explicita de
Freud, sus discípulas Rut Mack Brunswick, Muriel Gardiner y Kurt Eissler
atendieron gratuitamente a Serguéi hasta que este falleció a los 90 años. El
psicoanálisis nunca le abandonó, Serguei vivió siempre en transferencia con
Freud y sus delegados.
Pero además hay otro registro histórico, Freud está en
tensión teórica con Adler y Jung, quienes se están apartando de la idea de la
causalidad sexual en la infancia como provocadora de las alteraciones en la
edad adulta. Es por esto que buscará demostrar
la importancia en la infancia del encuentro con la castración para ubicar el
trauma. Trata de explicar la importancia del encuentro entre trauma en la edad
infantil a través de lo sexual, la
castración y su implicación respecto al diagnóstico estructural. Por ello
realiza todo un trabajo de investigación donde procura reconstruir y datar los
diferentes momentos por los que pasa Serguéi antes del encuentro con él.
Los problemas de Freud
Desde el punto de vista clínico, los problemas con los
que Freud se encuentra, consisten en que su paciente, colabora con el
tratamiento, explica los hechos acontecidos y produce cadenas asociativas
respecto a los sueños. Podemos decir que es un paciente modelo. “Yo no me
sentía tanto en la situación de paciente como la de joven colaborador”5.
Pero no cambia nada en la realidad de su vida cotidiana. No avanza. Es como si
las palabras y descubrimientos no afectasen al sujeto. De hecho, resulta
llamativo que Freud no explique ningún momento de resistencia de Serguéi, ya
sea hacia aspectos del material que va surgiendo o hacia la transferencia. De
manera que Freud se ve forzado a llevar a cabo una estrategia arriesgada,
anticipa un final del tratamiento en un plazo dado. Esto produce algún efecto y
el HL se conmueve más por lo que va surgiendo, trabaja más. Y llegado el plazo
vuelve a Rusia, su país natal para terminar derecho y casarse con su amada.
Después de la primera guerra mundial Serguéi vuelve a
Viena a pedir tratamiento con Freud. Ahora es un hombre pobre, ya que la
revolución rusa ha expropiado las propiedades de su familia. Freud explica que
quedaban algunos restos transferenciales por trabajar, de los que sólo comenta
que se trata de “dominar un fragmento de la transferencia todavía no superado”6
y, tras unos meses en que le atiende gratuitamente, le deriva a Rut Mack
Brunswick, que es su analizante. No se puede aclarar con certeza cuál es este
punto; algunas interpretaciones apuntan a restos transferenciales paranoides.
Lo que es seguro es que, durante el tratamiento con Rut Mack Brunswick y Gardiner, tuvo recaídas
diagnosticadas de “ideas hipocondríacas y de perjuicio” (los efectos de la TF
en HL). De hecho, su análisis no terminó nunca, ya que siempre estuvo atendido
por algún psicoanalista.
Me parece oportuno insistir aquí en uno de los puntos
que he hipotetizado, como explicativos de una psicosis ordinaria no
desencadenada. Si damos por válido que Freud cumplió una función de Padre en lo
imaginario del HL, y recordemos que no la dejó de ocupar nunca, podríamos pensar en una función de suplencia
del Nombre del Padre, que fue operativa para Serguéi durante toda su vida.
Un segundo problema con el que se encontró Freud es
respecto al terreno teórico. Quería demostrar que la enfermedad era
consecuencia del encuentro con la castración en la infancia. Y su apuesta era
la de que el análisis podría lograr esa asunción de la castración, reduciendo o
anulando los síntomas y limitaciones del paciente. Para ello exploró la
posición en el tiempo de los diferentes encuentros y situaciones de castración
con los que se encontró Serguéi, empleó la fórmula de la retroacción, es decir
que lo ocurrido en un momento repercute y reinterpreta lo ocurrido en un
momento anterior adquiriendo la capacidad de modificar el valor y la interpretación
otorgada en un primer momento. Para poder situarse en el laberinto de fechas
con el que se encontró, vamos a pedir ayuda a Miller, pero sinteticemos las
dificultades de Freud. La principal dificultad es que el análisis no lograba
que, al reactualizar lo ocurrido bajo transferencia, apareciese una
significación nueva que permitiera un paso de la frontera en que la castración
había dejado. De este modo Freud intenta explicaciones donde en algún momento
muestra el encuentro y la aceptación de la castración de Serguéi en la
infancia, con otros en que la reniega pese a saber de su existencia. En este
punto toma un lugar fundamental el sueño, ya que la interpretación del mismo
remite a un encuentro sexual entre los padres visto por el paciente, en que hay un coito a tergo. La pasividad está presente en
la mirada del niño y en la de los lobos del sueño, la amenaza también dado que
el sueño angustia y Freud deduce que la desaparición del pene en la escena que
vio tuvo que remitir a la amenaza de castración para el niño. Los lobos son el
sustituto del padre, al que teme en la amenaza de castración, y la modalidad de
satisfacción sexual del paciente reafirma todo esto. Pero como no hay cambios
en la vida del paciente, Freud se
encuentra hablando a la vez de conociendo de la castración y de rechazo, de
negación tras una asunción inicial, y de
denegación. Allí está su embrollo.
Lacan
Lacan resolverá el tema al explicar que Freud solo
dispone del registro imaginario y no del registro simbólico, de manera que una
cosa es lo visto y otra diferente lo que puede ser simbolizado. El agente de la
castración puede ser el padre, o los lobos, pero de lo que se trata es de la
función del Nombre del Padre y de si esta puede ser o no asumida e integrada
por el sujeto simbólicamente. Lacan tampoco responde al diagnóstico; habla de
algunos elementos psicóticos, pero no de una estructura como tal en el HL. Pero
sí toma un concepto de Freud en el trabajo, que formulará como el de
“forclusión”. Para resolver esto también vamos a recurrir a Miller.
Miller
En 1987-88 Miller dedica un seminario al HL. Ordena los
momentos de la infancia de Serguéi según la
retroacción , y diferencia y separa dos términos de la estructura: la
del Nombre del Padre y la de la función fálica. Lacan pensó el desencadenamiento de la psicósis
ante el encuentro de la función simbólica del padre (Nombre del Padre) para el
que el sujeto no tenía respuesta como le ocurrió a Schreber. Y apunto a un
posible encuentro del goce con el Otro en lo real como una segunda opción de
desencadenamiento, al no disponer el sujeto de respuesta e interpretación desde
la función fálica, el encuentro con ese
sinsentido reenviaría al sujeto al vacío
y ausencia primera de la función del
Nombre del Padre (forclusión). Es decir, condiciona la existencia de la función
del nombre del padre a la posibilidad de operatividad de la función fálica, si
no hay función del NP no habrá función fálica.
Miller amplía las posibilidades al hablar de posibles suplencias, no
sólo de la función del NP, sino también
posibles suplencias de la función del falo. Separa ambas funciones, la del NP y
la función fálica.
Simplifico los episodios de la historia evolutiva
infantil del HL:
1. Escena originaria (1,5 años): coito de los padres
2. Escena con Groucha (2,5 años): el HL quiere seducir
a la niñera y esta le rechaza
3. Seducción hermana (3,5 años): la hermana le coge el
pene y le intenta seducir para tener
juegos sexuales
4. Sueño lobos (4 años)
5. Religión (4,5 años): época de importantes síntomas
obsesivos de tipo religioso, como intento de suplencia del NP que sólo funciona
un tiempo ya que Serguéi abandona la religión, al sentir que el Dios /padre
deja caer, abandona y sacrifica a su
hijo al entregarlo a la cruz.
Resumiendo podemos decir que lo que Miller plantea,
no es tanto cómo se manejó Serguéi con la castración, sino de donde encontró
los elementos que le permitieron evitarla o bordearla. Identifica cuáles
fueron sus “defensas”7.
Para resolver este tema aborda, junto con el registro
imaginario, y el registro simbólico, el
registro Real del goce. Miller se ubica en la modalidad de goce del sujeto y
propone desde allí, una lectura defensiva tanto del Nombre del Padre como de la
función fálica del encuentro con el goce Otro.
Su propuesta es que Serguéi se defiende de este goce al
actuar con un semblante de hombre, pero sentirse profundamente identificado
como una mujer. Se refiere a su madre, presentada como una mujer beata y
sumisa. Es, sin duda, una respuesta diferente a responder al goce Otro como el
delirio de ser la mujer de Dios de Schreber. Es una especie de evitación con
ese encuentro, esto explicaría el porqué de la no actividad, y la pasividad
para actuar y decidir del futuro del HL, porque esta “solución” también tiene
consecuencias en la capacidad de actuación de la vida cotidiana. Serguéi no se
enfrenta a la función simbólica del N del P (no es padre), no hace un uso del
falo que apunte en ese sentido. No se encuentra con el goce Otro, porque
encuentra una modalidad de goce que lo mantiene a distancia, pero que, a la
vez, lo amarra (el coito anal). Puede acceder a las mujeres, pero no a ellas
como sujeto, sino sólo en función de objeto; solo se siente atraído por criadas
como Gruscha que están fregando el suelo y vistas desde atrás, por nadie más,
es decir del trasero de la mujeres sumisas. No sabemos cómo fue la relación de
Serguéi con su mujer, sólo que esta se suicidó. No es buena idea especular con
esto. La sugerencia de Miller es que un sujeto puede encontrar al igual que el
HL otras soluciones para hacer de semblante y de suplencia del NP y de la
función del falo, y lo propone como tema de investigación para el
psicoanálisis.
La propuesta
Por mi parte insisto en mi pequeña aportación. El HL no
se desencadenó:
1.
Porque encontró un padre imaginario que le
sostuvo siempre y opero como NP: Freud por el mismo o por delegación en sus
seguidores. Es decir por el mantenimiento de la transferencia.
2.
Porque encontró un modo de nombrarse y
hacer vínculo social : el hombre de los lobos en la comunidad psicoanalítica,
que le dio protección y por ello podía vender sus cuadros, y publicar sus
autobiografías (a propuesta de M. Gardiner) y conceder entrevistas a
periodistas con su nuevo nombre HL y no Sergei. Y finalmente,
3.
Porque logró un buen síntoma que le
permitió no encontrarse nunca con el goce Otro y la función simbólica de padre
como dice Miller. La modalidad de goce sexual.
Antes de terminar este pequeño trabajo, hay que
introducir otro elemento que si bien es apuntado por Freud y Lacan, es también
Miller quien lo desarrolla. El HL tuvo momentos de cierta desestabilización,
antes de la atención con Freud y también después. Antes de Freud a los 18 años,
está el contraer la enfermedad de la sifilis, lo cual tenía efectos sobre el
funcionamiento del pene y parece que también sobre el estómago. Esta es la
causa de su parálisis para seguir estudiando derecho y decidiendo en la vida. Y
después de la atención de Freud, cuando le atendía M Gardiner en una semi
paranoia autoreferencial en que pensaba que todos se reían de él por un grano
que tenía en la nariz. El elemento común que Freud y Lacan destacan es la
afrenta narcisista, pero es Miller el que explota el concepto y explica que en
la psicosis ordinaria, una afrenta narcisista afecta directamente a toda la
estructura psíquica del sujeto. No es un “narcisismo secundario” que toca la
castración como podría ser en la neurosis, sino un ataque directo a aquellas
identificaciones imaginarias sobre las que se sustenta la estructura del sujeto.
Por ello es en estos momentos en que la imagen del sujeto está amenazada, es
toda la estructura la que se ve amenazada.
El HL logró bien que mal reestabilizarse recurriendo a los elementos que
hemos propuesto. Y tal vez, en este último registro, cumpla una función de
cierta estabilización el tema de la defecación –esta es la tesis.
RICARD ARRANZ
NOTAS
1. Los
inclasificables de la Clínica. "Los
desencadenamientos en la Psicosis Ordinaria", pp. 18-19. Ed Paidós.
2. ERBETTA, Anahí y VALERA, Jesica: Efectos de la Transferencia en el Hombre de los lobos. Proyecto de
Investigación Facultad de Psicología
Universidad de la Plata, www:sedici.unlp.edu.ar .
3. MILLER, J.-A. “El hombre de los lobos. Un seminario de
investigación psicoanalítica”. Ed
Gredos.
4. OBHOLZER, K., Conversaciones
con el hombre de los lobos. Buenos Aires, Nueva Visión, 1996.
5. GARDINER, M., Los
casos de Sigmund Freud. Buenos Aires, Ed. Nueva Visión 2002.
6. FREUD, S., Obras
completas, vol. XVII,
Amorrotu, p. 110.
7. MILLER, J.-A., op. cit., p. 172.