Breve
comentario sobre el artículo de SANTIAGO CASTELLANOS
“Una
experiencia de tratamiento de la Fibromialgia”
PATRICIA
EDITH MONTOZZI
El
artículo comienza definiendo la enfermedad como
un síndrome crónico caracterizado por dolor generalizado en el cuerpo
con al menos tres meses de duración y en diferentes zonas. En el diagnóstico
hay que descartar y/o tener en cuenta, otras enfermedades reumáticas asociadas.
Las estadísticas
nos hablan de un 4,2 % de mujeres de mediana edad que sufren esta
enfermedad y un 0,2 % de hombres -una diferencia considerable.
La OMS reconoce la enfermedad en el año 1992, siendo tipificada en la
Clasificación Internacional de Enfermedades.
El tratamiento
que se ofrece desde lo psicológico, posee tres orientaciones:
- programas de modificación del comportamiento,
- relajación y entrenamiento con técnicas de biofeedback (apunta a la concientización de los procesos fisiológicos del cuerpo),
- terapia, cognitivo–conductual.
El autor se
pregunta si es posible aplicar el psicoanálisis a la clínica del dolor y
concretamente a la fibromialgia. Y si se podrían producir efectos terapéuticos
rápidos.
Describe su
experiencia que realiza durante 6 meses con pacientes mujeres de mediana edad) con
entrevistas semanales y reuniones de grupo. Los ejes en los que enmarca las
preguntas planteadas son:
1. el perfil de estos pacientes,
2.
la diferencia entre cuerpo y organismo,
3.
la fibromialgia como un síntoma transclínico,
4.
casos clínicos y conclusiones.
El perfil de los pacientes
Castellanos despliega una presentación clínica de estas pacientes desde las primeras entrevistas, remarcando aquellos episodios o momentos de la vida en donde ha comenzado y recrudecido el dolor. Lo que se ve claramente en estos casos, es una detección rápida de la enfermedad desde el punto de vista diagnóstico, pero no así, a la hora de encontrar un alivio eficaz para el dolor. Castellanos cita el texto “Psicoanálisis y Medicina” (conferencia dada por J. LacaN, en 1966, en La Salpetrière y publicada en Intervenciones y textos) para plantearnos el lugar del psicoanálisis en la medicina. El mensaje más claro que intenta transmitir Lacan a los médicos de aquella época que ya vislumbraba un cambio, era no responder directamente a la demanda. Cito:
Castellanos despliega una presentación clínica de estas pacientes desde las primeras entrevistas, remarcando aquellos episodios o momentos de la vida en donde ha comenzado y recrudecido el dolor. Lo que se ve claramente en estos casos, es una detección rápida de la enfermedad desde el punto de vista diagnóstico, pero no así, a la hora de encontrar un alivio eficaz para el dolor. Castellanos cita el texto “Psicoanálisis y Medicina” (conferencia dada por J. LacaN, en 1966, en La Salpetrière y publicada en Intervenciones y textos) para plantearnos el lugar del psicoanálisis en la medicina. El mensaje más claro que intenta transmitir Lacan a los médicos de aquella época que ya vislumbraba un cambio, era no responder directamente a la demanda. Cito:
“Cuando el enfermo es
remitido al médico o cuando lo aborda, no digan que espera de él pura y
simplemente la curación. Coloca el médico ante la prueba de sacarlo de su
condición de enfermo, lo que es simplemente diferente, pues esto puede implicar
que él esté totalmente atado a la idea de conservarla. Viene a veces a
demandarnos que lo autentifiquemos como enfermo…”
A lo que apunta
Lacan es a la diferencia que hay entre la demanda del paciente y el deseo
inconsciente que la habita. Cuál es la estructura de la falla que existe entre
el deseo y la demanda? Lacan define la demanda como: “la significación de la necesidad….que proviene del Otro en la medida
en que de él depende que la demanda sea colmada”1.
Aclaremos: por
el hecho de hablar el hombre se vuelve un ser de demanda, separándose así de la
necesidad. El lenguaje antecede al nacimiento del niño. Al nacer queda
capturado por el lenguaje. El reino del instinto o de la necesidad se
metaforiza en la demanda, pero la demanda metaforiza esta necesidad sin
recubrirla por completo; el resto de esta operación en el deseo. Más adelante
Castellanos remarca otro punto del texto de Lacan de “Psicoanálisis y Medicina”:
“Permítanme delimitar
más bien como falla epistemológica, el efecto que tendrá el progreso de la
ciencia sobre la relación de la medicina con el cuerpo…Pues lo que yo llamo
goce es el sentido en que el cuerpo se experimenta, es siempre del orden de la
tensión, del forzamiento, del gasto, incluso
de la hazaña….(..) hay goce en el nivel donde comienza a aparecer el
dolor”.
Bien; creo que
los que nos plantea Lacan es que el médico no se olvide del sujeto y lo que
anida dentro de la demanda de cada uno. El dolor es el denominador común de
estas pacientes que no logran, incluso con medicinas derivadas de la morfina,
aliviar el dolor.
En esta línea
podemos compararlo con el artículo de Freud “Consejos al médico”, de 1912, donde
Freud por primera vez describe el método psicoanalítico y cómo abordar a los
pacientes en un análisis. Interesante texto para ponerlo en tensión con el
texto de Lacan de 1966.
Continuemos. Castellanos
nos destaca al final de este apartado, la necesidad de seguir investigando esta
falla epistemológica en la relación de la medicina y el cuerpo como temas a
profundizar.
El Cuerpo y el Organismo
En este segundo
punto, trabaja la diferencia entre cuerpo y organismo. Para la ciencia el
cuerpo es la suma de órganos y el saber de la medicina es sobre lo real del
organismo y su lógica en su funcionamiento. Para el psicoanálisis existe una
clara diferencia entre ambos. El cuerpo se debe conquistar; no es un dato
primario. A partir de esta diferencia Castellanos, nos da algunos ejemplos
clínicos donde claramente se puede ver la distancia que existe entre uno y otro
y en donde la ciencia no tiene respuestas.
Más adelante,
nos lleva por un lindo recorrido por el concepto de cuerpo en la enseñanza de Lacan.
Cuerpo=i(a) (narcisismo), cuerpo: organismo+imagen
Primer momento: aquí
nos explica muy claramente el cuerpo del estadio del espejo. El cuerpo
identificado a la imagen del otro, el cuerpo del yo ideal, donde la experiencia
de júbilo y el goce añadido posibilitan conquistar esta imagen de unidad
corporal que el niño en realidad aun no tiene.
Cuerpo=I (A) >i(a)
Segundo momento.
El cuerpo se convierte en un conjunto de significantes. El cuerpo no es un don
de la naturaleza (el organismo, sí) es
un producto transformado por el discurso. El lenguaje afecta al organismo, lo
desnaturaliza lo modifica. Es el cuerpo del Ideal del Yo; el sujeto se
identifica y se complementa con un significante, porque precisamente falta el
significante que sería el significante del sujeto. El cuerpo simbólico debe ser
incorporado y produce un vaciamiento de goce a través de la castración. Es el
cuerpo resultante de la castración y dicha operación nos deja como resultado un
resto de vida activa que empuja a la satisfacción que se especifica con los
objetos pulsionales que se localizan en las zonas erógenas. Objetos pulsionales
conceptualizados como objeto a.
Cuerpo=Sinthome
Tercer momento.
Aquí estamos ante el cuerpo como síntoma en el sentido de la última enseñanza
de Lacan en el marco de la clínica del nudo borromeo, en el cual lo simbólico
no es lo predominante, están los tres registros simbólico, real e imaginario,
por lo tanto estará el cuerpo de la imagen, el cuerpo del goce como sustancia
gozante y en tercer lugar el cuerpo simbolizado, mortificado por el
significante.
Después de esta
articulación, Castellanos, nos deja ejemplo a través de un caso clínico (una
joven a que partir de una serie de duelos pierde su cabello, dolencia que le
afecta doblemente dado que trabajaba de actriz, ella no articula nada de esto
se remite a raparse) donde ubica claramente cómo puede estar afectado el cuerpo
de la imagen allí donde no opera lo simbólico ubicando de esta manera el
concepto de lo psicosomático como trastorno.
Más adelante
tomara el concepto de Miller de “cuerpo viviente”, haciendo referencia a la
relación del concepto de cuerpo del lado de lo imaginario, y viviente del lado
del organismo y de lo simbólico, y dice que:
“no
hay goce sino a condición de que la vida se presente bajo la forma de un
cuerpo, de un cuerpo vivo…(…) No se trata solamente del cuerpo imagen del
estadio del espejo (…) cuando se habla de cuerpo vivo tampoco se trata de
cuerpo simbólico …ni imaginario ni simbólico, sino vivo, he aquí el cuerpo que
está afectado por el goce”.
El médico se
ocupa del cuerpo en el sentido de la vida y el psicoanalista lacaniano del
tratamiento del goce, que no es sin cuerpo vivo, por supuesto.
La fibromialgia como síntoma transclínico del cuerpo
En este punto
aborda la cuestión de la enfermedad psicosomática, concepto utilizado por
primera vez en 1946 por el pensador alemán Heinroth. ¿Qué era lo nuevo en este
concepto? Incluir factores psíquicos para la comprensión de determinadas
enfermedades. Otra definición de Morland: nos habla de “síntomas corporales que
tienen un origen psíquico, emocional o mental”.
Las enfermedades
psicosomáticas son comunes y tocan todo el cuerpo, desde las rinitis hasta el lupus
(enfermedad autoinmune).
Volvemos al
cuerpo implicado en el registro del dolor, como síntoma. En el caso de la
fibromialgia se podría corresponder con la estructura neurótica o psicótica.
Siguiendo esta
línea, más adelante tomará el concepto de “neoconversión” de Miller2, para plantear los fenómenos del cuerpo no
histéricos, propios de la psicosis y por tanto no interpretables a la manera
freudiana. Se trata, pues, de algo diferente, de fenómenos que aparecen en el
cuerpo a la manera de soporte y que son un síntoma para el sujeto, pero sin
lesión. Esta última distinción nos permite diferenciarlos de los fenómenos
psicosomáticos donde sí hay lesión en el cuerpo.
Algunos casos clínicos
En este último
punto vuelve a Freud, específicamente al caso Isabel R. tomado como paradigma
del mecanismo de conversión. Tomaré un
trozo del texto freudiano:
“Cada nuevo motivo
psíquico de sensaciones dolorosas se había ido a enlazar con un lugar distinto
de la zona dolorosa de la pierna. El lugar primitivamente doloroso del muslo
derecho se refería a la asistencia prestada al padre y a partir de él había ido
creciendo, por oposición y a consecuencia de nuevos traumas, el área atacada
por el dolor.”
El procedimiento
de Freud consistía en tratar de que la paciente enlazara por medio de la asociación
las diferentes zonas dolorosas y las escenas enlazadas a esa sensación
dolorosa, de esta forma iba haciendo un recorrido.
Prosigo. Para
Freud:
“los distintos síntomas
histéricos, desaparecen de inmediato y definitivamente, en cuanto se consiga
despertar con toda claridad el recuerdo del proceso provocador
(caído bajo la Represión, Cito: artículo La Represión, 1915: describe dicho
mecanismo de conversión) y con él el
afecto concomitante Y describía el paciente con el mayor detalle
posible dicho proceso, dando expresión verbal al afecto…”3.
Lacan dice que “el
analista interpreta el símbolo y he aquí que el síntoma que lo inscribe en
letras de sufrimiento en la carne del sujeto se borra”4. Para Lacan
el dolor está directamente articulado con el goce y el deseo. ¿Por qué? En este
momento de Lacan, el síntoma es descifrable, tiene un sentido y está articulado
con el deseo.
Para finalizar S. Castellanos nos ilustra con dos casos clínicos (dos mujeres que padecen
fibromialgia); pero en una se puede ver a lo largo del tratamiento algún
despegue de esta dolencia, pudiendo dicha paciente retomar o reorientar el
circuito de su goce-deseo, mientras que en la otra hay una condición de cierta
estabilidad a costa de esta enfermedad, pronóstico y diagnóstico más reservado
a cierta cuestión delirante asociada a dicha dolencia.
Notas
1. LACAN,
Jacques, “La dirección de la cura”, Escritos. Buenos Aires, Siglo XXI, 1976, p. 618.
2. MILLER, Jacques-Alain y
otros, La psicosis ordinaria. Buenos
Aires, Paidós, 2014, p. 103.
3. FREUD, S., “El mecanismo
psíquico de los fenómenos histéricos”, Obras
Completas.
4. LACAN,
J., “Función y campo de la palabra”, Escritos, op. cit., p. 294.