Bajo
la pregunta de si hay o no elección en la estructura, trabajamos
principalmente los textos “El
niño y su madre”
y “Reflexiones
sobre el autismo”
de Eric Laurent y algunos fragmentos de “Las
estructuras clínicas según Lacan”
de Eidelssztein,
así
como de
los “Escritos”
y del “Seminario
XI”
de Lacan.
A
través de estas lecturas, vimos cómo a partir
de las operaciones de alienación y separación, se
puede ir desarrollando esta pregunta sobre la responsabilidad en la
propia estructura. Partiendo del momento mítico en donde el niño
es esperado y precedido por un hábitat simbólico podemos ver que,
al nacer, el niño queda capturado en el lenguaje. Somos esperados
en un lugar donde algo falta en el deseo de los padres y
particularmente en el deseo materno (la madre como primer Otro,
coloca al hijo en el lugar de su propia falta y el niño se
identifica con el objeto de deseo de la madre, el falo). Esta madre
como ser hablante está sometida a la ley simbólica por lo que el
niño recibe la ley a través de ella. Pero sabemos que la ley de
este tiempo es omnipotente, la madre responderá al grito según su
propia voluntad o según su capricho. La madre es el objeto
primordial y el niño se identifica con la imagen del ideal que le
ofrece esta madre y constituye su Yo, identificación que le
atribuirá un ser. Podemos decir que está primordialmente alienado,
momento de ser o no ser el objeto de la madre. Esta
identificación implica alienarse al deseo del otro materno,
cumplirla supone hacerse semejante a algo que falta inexistente o sea
el anonadamiento, la nada. Por lo tanto, si queremos ingresar en el
mundo como sujetos tenemos que rechazar y denegar esa primera
identificación que nos es atribuida. En otras palabras, la represión
de la significación de ser el falo materno, el paso de ser pensados
a pensar, de ser hablado a ser hablante.
Llega
el momento de la separación
con la inauguración de la simbolización. Lacan lo explica a través
del juego del carretel descrito por Freud, con el For-Da que indica
la ausencia-presencia de la madre; podemos decir que en el hecho de
pronunciar a la madre, ésta está ya simbolizada, ya no es sólo un
objeto primordial sino que se volvió un símbolo.
Se
podría pensar que el lugar original del sujeto como vacío está
recortado por el significante que precede a su nacimiento. La
conversión del grito en llamada implicaría la entrada del sujeto en
la dialéctica significante. El sujeto se constituye en esta
inclusión en lo simbólico que le da un doble estatuto: puro vacío
del que emerge y significante con el que se representa frente a otro
significante.
En
el Seminario
XI,
Lacan desarrolla el tema del objeto, el sujeto hace de su
desaparición el objeto del Otro. “ El
primer objeto que propone a ese deseo parental cuyo objeto no conoce,
es su propia pérdida- Puede perderme? – El fantasma de su muerte,
de su desaparición, es el primer objeto que el sujeto tiene para
poner en juego en esta dialéctica y, en efecto, lo hace – como
sabemos por muchísimos hechos, la anorexia mental por ejemplo.
Sabemos también que el niño evoca comúnmente el fantasma de su
propia muerte en sus relaciones de amor con sus padres”.
¿Existe
una elección del Sujeto frente a estas operaciones lógicas? ¿El
sujeto elije la cadena significante o elige el vacío? En el autismo
podríamos decir que se elige el vacío por lo que se produce una
petrificación significante propia de la estructura de la holofrase
(sin extracción de objeto a.)
Cuando la operación de separación no se inscribe, la extracción
del objeto
a
se vuelve inoperante.
“El
sujeto viene a encontrar en el deseo del Otro su equivalencia a lo
que él es como sujeto del inconsciente. Por esta vía el sujeto se
realiza en la pérdida en la que ha surgido como inconsciente, por la
carencia que produce en el Otro..” – Lacan,
Posición
del Inconsciente.
Finalmente,
vemos una diferenciación de las estructuras en la siguiente
afirmación de Alfredo Eidelsztein:
“La
distinción y articulación entre el campo del intervalo y la
psicosis requieren de la siguiente idea: la estructura “natural”
de la realidad se manifiesta en la psicosis. El campo del intervalo o
de la extracción del objeto a, que incluye a la neurosis o la
perversión, implica las consecuencias de una maniobra agregada en
cada historia a esa realidad “natural” .La metáfora paterna es
esa maniobra que convierta la realidad “ natural” en “normal”,
es decir, de acuerdo con la ley del orden.”
Exposición a cargo de Patricia Montozzi.
Reseña: Míriam Pérez.